Ambos, Blanca Calonge Muñoz y Francisco González Quesada, son muy sanjuaneros. De hecho, son la pareja perfecta porque Blanca cuenta con una gran tradición familiar en cuadrilla (sus abuelos ya fueron jurados en el año 1977) y Francisco aporta la perspectiva de las peñas (es miembro de la Poca Pena). Este año han decidido dar el paso de ser alcaldes de barrio de El Rosel y San Blas. Tenían muchas ganas «y mi padre nos dijo que nos diéramos prisa si queríamos que nos hiciera la caldera», comenta entre risas Blanca. Si tenían claro que querían ser jurados jóvenes porque «son muchos días de poco dormir y hay que sacar tiempo», comenta también con sentido del humor Francisco, aún más que deseaban serlo de El Rosel y San Blas, cuadrilla a la que ha pertenecido toda la vida la familia de Blanca... hasta el año pasado, con la restructuración de los barrios sanjuaneros, cuando pasaron a formar parte de San Miguel. A Blanca le hace mucha ilusión que San Blas vuelva este año a su casa, «donde ha estado toda la vida», precisa.
Afrontan su papel como jurados con grandes expectativas y emociones a flor de piel. Nunca imaginaron que fueran tan intensas, por ejemplo, en el día del Nombramiento con toda la gente animándoles. «Yo era de las que gritaba 'viva la jurada' y ahora soy yo», comenta entusiasmada Blanca. El Catapán fue, asegura Francisco, «muy chulo, a pesar de que llovió. La gente se volcó». Ahora todo ese cariño con el que les han recibido los vecinos de El Rosel y San Blas quieren devolverlo con creces. Para ello se han rodeado de un excepcional equipo. «Son muchas cosas. Tiene que haber una organización potente», puntualiza el jurado. Blanca asegura que no podían contar con una cuadrilla mejor. «Son muchos años y se lo saben todo». Además, asegura con orgullo, son «muy detallistas».
Ya han comenzado a pasar por las casas para preguntar a los vecinos si quieren entrar en fiestas. De momento, cuesta. «En el centro de la ciudad hay mucho piso vacío y nos está costando», insiste Blanca. Francisco es optimista y está convencido de que los vecinos de El Rosel y San Blas acabarán respondiendo. «Seguiremos insistiendo», recalca. Mientras tanto, esperan ya con mucha emoción la llegada de los sanjuanes y, especialmente, de La Saca y los Agés, sus días favoritos.