En Castilla y León pueden contabilizarse más de 4.000 especies de setas diferentes incluyendo algunas tan emblemáticas como el Boletus edulis, la Amanita caesarea o la seta de cardo. Aunque a estas alturas del año algunos hongos ya han empezado a crecer, habrá que esperar hasta el otoño para que los bosques se conviertan en verdaderos tesoros para los buscadores de setas. Será entonces cuando los aficionados o los amantes de la micología recorrerán decenas de kilómetros en busca de los más preciados ejemplares.
Pese a que la Comunidad es una de las zonas más prolíferas del país, todavía es un mundo casi por explorar. De hecho, los expertos son capaces de descubrir y catalogar unas cuatro o cinco variantes diferentes cada año. La colección sigue creciendo y en Castilla y León se encuentra el lugar con más variedad de toda España. Se trata de la comarca de Aguilar de Campoo, en el norte de la provincia de Palencia, y allí se pueden apreciar más de 100 especies diferentes. Es por eso que ha sido elegido para celebrar esta mañana la vigésima edición del Encuentro de Asociaciones Micológicas de Castilla y León al que han acudido más de 120 personas.
Una cita donde analizar la importancia que las setas y los hongos tienen para la región, y no solo desde el punto de vista gastronómico. En este sentido, el presidente de la Federación de Micología de Castilla y León, Enrique Fernández Villamor, insiste en la necesidad de apreciar la micología como uno de los recursos turísticos "más potentes" de la región. "El micoturismo es un sector en crecimiento capaz de generar un gran impacto económico".
Así lo demuestran los datos y lo cierto, es que muchas casas rurales experimentan un aumento en la ocupación durante la temporada de recogida de setas. Ocurre, por ejemplo, en el Parador de Gredos donde la búsqueda de boletus atrae a numerosos visitantes. "Los turistas que viajan para recolectar setas no solo generan ingresos a través de permisos y licencias, sino que también contribuyen a dinamizar el sector de la hostelería local al comer y dormir en la región. Yo siempre he dicho que donde más valor tiene un kilo de setas es en la cesta de un turista y no en un plato o en la sartén de un cocinero", aseguró el presidente en declaraciones a la Agencia ICAL.
Sin embargo, más allá del aspecto económico, la federación centra sus esfuerzos en la conservación de los recursos micológicos. Es por eso que, desde hace años, están trabajando en colaboración con la Junta de Castilla y León para promover una legislación que limite la recogida de setas atendiendo a tamaños mínimos de recolección. Esta medida, inspirada en campañas como 'Pezqueñines no, gracias', busca garantizar la sostenibilidad de la práctica micológica al permitir que las setas alcancen su madurez antes de ser recolectadas. "Ahora mismo es impensable pescar una merluza antes de que alcance un tamaño determinado y eso mismo es lo que queremos para las setas. Aspiramos a que se prohíba recoger ciertos ejemplares hasta que alcancen, como mínimo, los cinco centímetros", añadió Fernández Villamor.
Otras de sus propuestas pasa por establecer reservas integrales y zonas protegidas "a modo de barbecho" donde las setas "puedan crecer sin peligro de ser recolectadas" permitiendo así que alcancen la madurez y puedan reproducirse. Esta medida busca proteger a especies como los boletus, que suelen cortarse de manera prematura debido a las demandas del mercado. Además, se plantea la necesidad de establecer límites en la recolección profesional como base para mantener un equilibrio adecuado en los ecosistemas. "Se ha descubierto que las plantas necesitan de la presencia de hongos silvestres en sus raíces para facilitar el intercambio de nutrientes y garantizar su supervivencia", explicó.
Estas setas no solo tienen importancia en el ámbito comercial, gastronómico o científico, sino que también han contribuido a descubrimientos fundamentales, como el primer antibiótico, derivado del hongo penicillinum. La penicilina resultó ser eficaz contra una amplia gama de bacterias y salvó innumerables vidas en todo el mundo. Además, los hongos tienen un impacto significativo en la cultura y la sociedad. "A ellos les debemos cosas como el sabor del pan o la cerveza". Incluso, lejos de la creencia popular, el órgano vivo más grande del mundo es un hongo del género Armillaria. Habita en el Bosque Nacional Malheur en las montañas Blue de Oregón en Estados Unidos, tiene 2.400 años, pesa 31.000 toneladas y mide 965 hectáreas, el equivalente a casi 1.000 campos de fútbol.
XX Encuentro de Asociaciones Micológicas de Castilla y León en la Montaña Palentina
En paralelo, el municipio palentino de Aguilar de Campoo ha acogido el XX Encuentro de Asociaciones Micológicas de Castilla y León. Más de un centenar de participantes se dieron cita a las 9.30 horas en el camping Monte Royal del municipio donde fueron recibidos por los representantes de la Asociación Micológica Aguilar y el Ayuntamiento del municipio. Tras la entrega de pañoletas identificativas y conmemorativas -para dar un ambiente festivo al evento- se celebró el desayuno y la tradicional foto de grupo.
Durante toda la mañana, los asistentes pudieron disfrutar de visitas guiadas al campo para descubrir la riqueza micológica y paisajística del entorno, así como participar en una visita guiada a diferentes elementos del románico de la comarca como la iglesia de Santa Cecilia, el Monasterio de Santa María la Real o la iglesia rupestre de Olleros de Pisuerga.
Ya a mediodía, los participantes pudieron degustar un aperitivo a base de recetas micólogicas en el restaurante Virgen de Llano. "Hay que aprender y saber cómo mirar a las setas para evitar confusiones entre las que son tóxicas y las que son comestibles. Desde la asociación trabajamos todo el año para concienciar sobre qué es la micología y todas las bondades que puede ofrecer a través, por ejemplo, de charlas informativas en los colegios de la comarca. Creo que lo que hacemos aquí se debería hacer en más sitios", aseguró Jose María Santiañez, anfitrión y presidente de la Asociación Micológica Aguilar.