Autor del gol de la victoria, atracción de todos los focos, con una sonrisa permanente, e ídolo de su afición, Jude Bellingham finalizó el choque del pasado domingo ante Serbia en la cumbre. Su encuentro no pasó desapercibido para nadie y se llevó casi toda la gloria. Pero otros, ocultos bajo el aura que desprende el merengue, hicieron un trabajo sombrío que no mereció el mismo aplauso.
Fue el caso de Phil Foden, que formó parte del frente atacante de los 'Three Lions' junto a Bellingham y Harry Kane por novena vez con la selección. A ellos se unió Bukayo Saka como cuarto elemento arriba. Había expectación por ver si Gareth Southgate iba a repetir la fórmula Bellingham-Kane-Foden. La última vez que lo intentó, salió ganador. Lo hizo ante Italia en la fase de clasificación y triunfó con un buen marcador: 3-1.
Sin embargo, es la única de las nueve veces que Southgate logró la victoria con esa estrategia frente a un equipo importante. Porque cuando lo ha hecho frente a equipos de más empaque, no ganó: fue derrotado por Italia 1-0 y empató 3-3 contra Alemania, ambos partidos en la Liga de Naciones; y perdió 1-2 contra Francia en un amistoso. El resto, fueron victorias ante selecciones menores como San Marino (0-10), Gales (0-3), Senegal (3-0) y Escocia (1-3).
Por eso, para el estreno en la Eurocopa y ante un equipo tan combativo como Serbia, uno se tuvo que sacrificar. Y Foden, fue el elegido. Las estadísticas, hablaron: el del City recorrió 13,15 kilómetros. Se desfondó por completo para tapar agujeros y, encima, jugó en una posición que no es en la que habitualmente ha ocupado.
Fue objeto de todas las críticas porque su actuación pareció intrascendente. Pese a todo, su sacrificio fue muy importante para Inglaterra, que mientras tanto felicitó sin parar a Bellingham. Nadie sabe si Southgate, necesitado de brillo frente a Dinamarca hoy, repetirá de nuevo la fórmula.