El Real Madrid perdió este jueves por 79-89 frente al Fenerbahçe Beko, pese a la destacada actuación de Sergio Llull, en un partido correspondiente a la jornada 28 de la Fase Regular y que confirmó el bache de resultados que atraviesan los merengues en esta Euroliga.
Los pupilos de Chus Mateo acumulaban dos derrotas consecutivas, ante el Olimpia Milano (81-76) y contra el Panathinaikos (86-97), así que esta nueva cita sobre la cancha del WiZink Center se presentaba como reválida para el líder. Cierto es que el Real Madrid conquistó la Copa del Rey entre ambos tropiezos en la máxima competición continental.
Pese a todo, la visita de Sarunas Jasikevicius y la opción de sellar matemáticamente su billete para los 'playoffs' eran alicientes claros. Los primeros minutos del encuentro dejaron una sensación de igualdad y producción ofensiva, con el pívot caboverdiano Walter 'Edy' Tavares dominando en el poste bajo.
El Real Madrid confirma su bache ante el Fenerbahçe
Por parte del equipo turco, el acierto procedía sobre todo de Nick Calathes y de Tyler Dorsey desde la media distancia, si bien un triple de Nigel Hayes-Davis se unió luego a una canasta de Nathan Sestina para dar un estirón (15-20), a 1:14 de que acabase el primer cuarto.
Dzanan Musa abrió la cuenta del siguiente periodo y a la vez su casillero de puntos, instancia que también cumplió Gaby Deck antes de que Scottie Wilbekin metiera un triple lejano (19-25). Entonces Chus Mateo se encomendó al habitual flujo ofensivo entre Sergio Rodríguez y Vincent Poirier, quienes mantuvieron vivo al Real Madrid (25-27).
No funcionaba, en cambio, el rebote defensivo para el equipo local. Doblaba ahí el Fenerbahçe a su adversario, con sobresaliente desempeño de Hayes-Davis, y eso propició que el marcador pasase de 25-27 a 25-36, renta que los pupilos de Jasikevicius administraron al descanso (33-43).
El Real Madrid confirma su bache ante el Fenerbahçe
- Foto: JUANJO MARTINAl regreso de los vestuarios, Llull emergió para guiar una remontada 'interruptus' del Real Madrid. El de Mahón conectó bien un par de veces con Campazzo y, entre ambos bases, ayudaron a apretar el luminoso del WiZink Center (45-49) y a reaccionar tras otro arreón rival (49-52).
A 52.8 de concluir el tercer periodo, con Fenerbahçe 56-67 arriba, hubo un rifirrafe de Campazzo con Calathes en un contragolpe merengue. Con el argentino en el suelo, se entrometió Georgios Papagiannis y le recriminó un mal gesto, así intervino el trío arbitral para calmar los ánimos.
El lance se saldó con una falta antideportiva para Campazzo y otra para Calathes, y una falta técnica para cada banquillo mientras Mateo y Jasikevicius miraban atónitos. Poirier rebajó la desventaja (58-67) del Real Madrid en el último ataque con tiro de ese tercer acto, ya que un triple posterior de Papagiannis se quedó sin tiempo y además no entró.
Calathes maneja a su antojo
Por encima de todo, estaban pagando los madridistas su nefasto tiro de tres puntos. No en vano, Llull coló el primer triple local (62-71) a 8:27 del bocinazo definitivo, que careció de continuidad. Enfrente, Tarik Biberovic pulió una nómina donde destacaba Johnathan Motley.
No habían dejado de brillar Hayes-Davis y Wilbekin en la bombilla, y para mayor inri seguía el Fenerbahçe bastante por encima de su rival en la estadística de rebotes. Hasta 16 puntos se marchó la diferencia a favor del conjunto de Estambul (63-79), tras una canasta de Motley, y al Real Madrid solo le quedaba apelar a las musas que tanto le sonríen.
Con un parcial de 9-2, fraguado por Musa y especialmente por Llull, soñó el madrileño Palacio de los Deportes con otra noche como la víspera de Reyes ante el Anadolu Efes, cuando sus jugadores ganaron (130-126) después de cuatro prórrogas y bajo un ritmo 'in crescendo' de manual.
En esta ocasión, Calathes truncó cualquier esperanza blanca gracias a un dominio formidable de los últimos tres minutos. Esta victoria a domicilio situó al Fenerbahçe con un balance de 17-11, en plena batalla por los puestos de 'playoff' directo, y dejó al Real Madrid con un registro de 22-6, en un liderato cada vez más exiguo.