El sector bancario español goza de un gran optimismo después de los resultados que registró el pasado ejercicio, que se situó en máximos históricos a pesar de enfrentarse a adversidades como la alta inflación, los altos tipos de interés o, incluso, el impuesto extraordinario que impuso el Gobierno a estas compañías. Es el caso de Caixabank, que después de obtener un beneficio histórico de 4.816 millones de euros en 2023, un 53,9% más, aseguró ayer que «afronta 2024 en la mejor posición de los últimos 15 años» y, además, avanzó que repartirá un dividendo de 2.890 millones.
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, explicó durante la Junta General de Accionistas en Valencia y junto al presidente, José Ignacio Goirigolzarri, que el banco parte de un «posicionamiento excelente, de claro liderazgo financiero comercial».
Además, confirmó las cuotas de mercado del 25% en volumen de negocio o del 29,3% en ahorro a largo plazo con las que cuenta la entidad y aseguró que la entidad tiene «un balance fuerte».
Gortázar destacó que la rentabilidad de la firma se sitúa en «niveles más que razonables», después de años de retornos que definió como muy bajos y apuntó que la voluntad del banco es «seguir creciendo y mantener la eficiencia a niveles adecuados para generar valor».
Asimismo, la Junta General de Accionistas dio luz verde, con la aprobación de los ocho puntos del día, a la distribución de un dividendo de 0,3919 euros brutos por acción correspondiente a 2023.
También se aprobó la reelección de la consejera María Verónica Fisas como independiente y la reducción del capital social.
El dividendo aprobado supone un incremento del 70% frente al repartido en 2023, representa un payout del 60% y el pago se hará efectivo a los accionistas a partir del próximo 3 de abril. La cuantía total destinada asciende a 2.890 millones.
Morosidad
El consejero delegado de la entidad destacó también que los saldos dudosos representaban el 2,7% de su cartera a cierre del año pasado, dato que comparó con el 6% de 2018.
Gonzalo Gortázar puso en valor que la morosidad es inferior a la media del sector, del 3,5%: «Siendo un 25% del sector, es una diferencia realmente relevante».
Finalmente, el presidente de la firma financiera con sede en Valencia, José Ignacio Goirigolzarri, manifestó que ve «necesario y urgente» el ajuste de las cuentas públicas para reducir el endeudamiento en un escenario en el que se constata la gran dificultad que existe actualmente en España para aplicar «reformas de calado» porque la «aritmética parlamentaria» las impide.