Nunca falla. Llevo vividas muchas noches electorales y hay algo que se repite una y otra vez: todos (o casi) han ganado. Y el que no ha triunfado siempre encuentra motivos, datos o porcentajes para tapar o mermar su fracaso. El domingo no fue una excepción. El PP sacó pecho por la incuestionable victoria que obtuvo. El PSOE se apuntó el tanto de una dulce derrota y el mérito de frenar a la ultraderecha. Vox presumió de su crecimiento. Los de "Se acabó la fiesta", nuevos en esta plaza, alardearon de su irrupción en Europa. Podemos insistió en eso de "aquí seguimos firmes". ¿Y Sumar? Fue la única formación que no dio ninguna versión positiva. No olvidemos que forma parte del gobierno español, que Yolanda Díaz es vicepresidenta y que cuenta con varios ministerios. No se le avecinan buenos tiempos, sobre todo porque Izquierda Unida se ha quedado sin representación europea. Tampoco están para tirar cohetes Junts y ERC, volcados ahora (se supone) en la constitución del Parlamento catalán. Lo que no suele explicar ningún partido es la diferencia entre lo que esperaban y lo que obtuvieron. Por ejemplo: el PP aspiraba a doblar los escaños del PSOE (o eso dijo Feijóo al principio de la campaña), pero "solo" le ha sacado dos. Tampoco ha obtenido el triunfo que ansiaba en ese supuesto plebiscito contra Sánchez. Los socialistas, que partían con malos augurios, fueron mejorando e, incluso, hablaron de vencer al PP. Ahora ven la derrota como una victoria. Y todos confían en que esa Europa de la que no hablaron en los mítines les dé la razón en Bruselas y les asimile a las mayorías que tendrán que formarse, o sea que Ursula von der Leyen siga presidiendo la Comisión al frente de una coalición de conservadores, liberales y socialdemócratas, lo que equivale a decir que se habrá frenado a la ultraderecha por mucho que los resultados de Alemania, Italia y Francia parezcan indicar los contrario. Francia. Macron se ha apresurado a convocar elecciones presidenciales tras el batacazo de su partido en las europeas. Aquí no ha habido versiones ganadoras. Veremos cómo evoluciona todo.