Aunque todavía están lejos de los datos que manejan los vehículos de gasolina o diésel, e incluso de los eléctricos, cada vez son más los coches propulsados por GLP (gas licuado de petróleo) que circulan por las calles españolas, debido especialmente a los reducidos precios y emisiones de este combustible.
La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) concreta en 22.305 el número de turismos de este tipo matriculados entre enero y octubre de 2023, una cantidad que prevén que podría situarse ya entre las 25.000 y 26.000 unidades al cierre del ejercicio, aún sin cifras finales.
Se trata de un 75% más que el dato anotado en el mismo período en 2022, cuando se vendieron 12.713 automóviles de esta clase.
Sin embargo, y pese al aumento producido respecto al año anterior, el registro de los turismos de autogás este 2023 se encuentra muy por debajo de los eléctricos, con 48.481 matriculaciones desde enero. Muy por delante quedan los de gasolina, que acumulan hasta el momento 329.885 unidades, y los de gasóleo, con 101.409.
La patronal de fabricantes calcula que actualmente circulan 97.594 vehículos con depósito para este combustible, un recuento que solo incluye aquellos que han sido matriculados directamente como GLP y sin contabilizar aquellos con motor a gasolina o diésel que han sido adaptados para poder utilizar dicho carburante.
Según los datos de la organización, este tipo de autos suponen el 2,5% del parque automovilístico español, en el que destaca la presencia del Dacia Sandero, el más exitoso del año de esta clase, pues representa un 60% del total.
El modelo de la marca rumana también es el turismo más vendido en 2023 en términos generales, con 22.714 coches distribuidos hasta octubre, de los que más 12.000 corresponden a la versión que utiliza gas natural licuado.
En una entrevista, los responsables de Dacia señalaron que «han comercializado más de 50.000 unidades GLP» desde que se estableció en España, mientras que a nivel mundial supera ya las 500.000.
Más conversiones
El interés en el autogás se produce por el precio inferior de este combustible, que ronda los 0,95 euros el litro, frente al coste medio de 1,57 euros de la gasolina y los 1,54 euros del gasóleo, según el último Boletín Petrolero de la Unión Europea.
Además, es más respetuoso con el medio ambiente, al reducir un 96% las emisiones de monóxido de nitrógeno y un 22% las de dióxido de carbono, lo que permite que los vehículos a gas natural licuado puedan hacerse con una etiqueta ECO, de acuerdo con la normativa comunitaria.
Este distintivo autoriza a los coches a circular por las Zonas de Bajas Emisiones, obligatorias en los municipios de más de 50.000 habitantes que superen determinados valores de gases nocivos, según determina la Ley de Cambio Climático, que también impide que las motorizaciones más contaminantes puedan moverse por estas vías.
Estos motivos, unido al elevado precio de los vehículos eléctricos, hacen que algunos usuarios, antes de cambiar su turismo, opten por instalarle un depósito de GLP en el espacio de la rueda de repuesto.
«La conversión permite que los de gasolina de hasta 17 años pasen la norma EURO4 y los diésel de hasta siete años la EURO 6 y así obtengan una etiqueta ECO», apuntan desde la Asociación de Transformadores de Vehículos (Astrave).
La entidad comparte que se han realizado unas 3.200 transformaciones hasta octubre y esperan cerrar el pasado curso con un volumen similar a 2022, ejercicio en el que se incrementaron un 36,5%.
Esta modificación oscila entre los 1.200 y los 1.500 euros, muy por debajo de los 30.000 euros que cuesta el coche eléctrico más barato del mercado.
La producción aumenta
El ascenso en las matriculaciones y las conversiones ha provocado que también avance la producción de GLP para la automoción y, por ende, su compra.
En 2020, se vendieron en gasolineras casi 65.965 toneladas, 86.863 un año después, mientras que en 2022 se comercializaron un total de 106.794 y se espera un número más alto en el cierre del último ejercicio, al haberse cifrado el acumulado hasta septiembre en más de 84.000, un 4% más que el año anterior en el mismo período, según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).
Para su distribución, Cepsa cuenta con 78 estaciones con suministro de GLP y Repsol ofrece este combustible en 435 gasolineras, puntualizan ambas compañías, propietarias de las mayores redes de surtidores de España.
Respecto a la estrategia para este carburante, Cepsa pretende impulsar la generación de una versión más sostenible con materias primas circulares, mientras que Repsol, además de promover soluciones más respetuosas con el medio ambiente, no descarta abrir más estaciones de servicio, siempre y cuando aumenten los GLP.
«El autogás es el combustible alternativo más utilizado del mundo y es una importante solución para la descarbonización», explica al respecto la responsable del desarrollo productos energéticos en la zona centro de Repsol, Raquel Martín de Almagro.
No obstante, las dos compañías continuarán también con la apuesta por la movilidad eléctrica, los biocombustibles y los derivados del hidrógeno verde. «Nos dirigimos hacia un escenario en el que existirán múltiples respuestas a la reducción de emisiones y es algo que no podemos olvidar», sentencia Martín de Almagro.