La satisfacción de los ciudadanos españoles con el sistema sanitario ha mejorado en el último año. Es uno de los datos destacados de la primera oleada del Barómetro Sanitario que dio a conocer ayer el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La sanidad obtiene un 6,26 sobre un máximo de diez puntos en esta encuesta, lo que supone una mejora de apenas unas décimas, también en Atención Primaria, la parte del sistema en la que más se han encendido las alarmas desde la pandemia del Covid-19.
En general, los usuarios aprueban todos los ámbitos de prestación sanitaria, tanto en servicios, como en atención y tiempos de espera, uno de los flancos más débiles. Pero el Barómetro Sanitario apunta claramente que hay mucho margen de mejora en todos.
Uno de los principales frentes está en la medicina de familia, donde los tiempos de espera, aunque han mejorado, se mantienen por encima de los ocho días. La Atención Primaria es el primer escalón del cuidado de la salud y requiere de una especial fortaleza, para no contribuir a la debilidad de los demás niveles sanitarios. La pandemia sacó a relucir sus debilidades sin que se hayan recuperado los niveles previos a 2020, a pesar de que se han conseguido avances positivos. Una parte de los usuarios acuden directamente a los servicios de urgencias ante la falta de agilidad en la atención a sus necesidades, contribuyendo a su vez a una mayor saturación de los mismos que, especialmente en los picos de demanda asistencial que provocan las enfermedades respiratorias asociadas al frío, llegan a poner en aprietos al sistema.
También en la atención hospitalaria se pone de manifiesto un alto grado de satisfacción, con un 87,6 por ciento que describen haber tenido una atención buena o muy buena, con la segunda mejor valoración después de los servicios de urgencia.
Por primera vez, el Barómetro Sanitario incorpora un apartado específico sobre salud mental, que revela que la preocupación creciente no va acompasada con las prestaciones, puesto que dos tercios de los interpelados no consiguieron cita en menos de 30 días y más de una cuarta parte tuvieron que esperar más de tres meses.
Reforzar la Atención Primaria es una tarea a la que se deben poner todas las comunidades autónomas, como instancia administrativa competente en materia sanitaria. Aunque algunas se han puesto ya a ello, recuperar los niveles de satisfacción previos a la irrupción del Covid-19 debe ser un objetivo y una contribución eficaz a poner coto a la pérdida de confianza de los usuarios.
Poner más medios al servicio de la salud mental se ha convertido también en algo urgente, en una materia como la sanidad en la que nada es susceptible de dejarse para más tarde.