El Unicaja venció (80-90) este domingo al Real Madrid en la final de la Supercopa Endesa celebrada en el Palacio de los Deportes de Murcia, para seguir en modo campeón después de ganar hace una semana la Copa FIBA Intercontinental.
Los de Ibon Navarro llegaron enchufados al primer título nacional de la temporada y, después de eliminar al anfitrión UCAM Murcia, tumbaron a un Madrid que venía de ganar las últimas seis Supercopas. Revancha de la pasada final para un Unicaja que dio el golpe en el primer cuarto y aguantó la reacción de los blancos.
El MVP Kameron Taylor (22 puntos y 29 de valoración), Kendrick Perry (16) y Yankuba Sima fueron los artífices de un Unicaja que, tras ganar la Copa del Rey hace dos campañas, empieza a agrandar sus vitrinas. En los de Chus Mateo, con mucha cara nueva, queda acoplar mejor las piezas y toda una temporada para volver a la pelea.
Los de Málaga enseñaron ese bloque compacto que vienen luciendo con el añadido de haber levantado un título hacía siete días. El colmillo afilado y el alto nivel competitivo se dejó notar en un Unicaja que empezó bombardeando al favorito (19-32) con 11 puntos de Taylor. El Madrid se vio 17 puntos abajo y fue a remolque hasta que logró igualar el marcador al descanso (45-49).
El esfuerzo, aunque compartido, seguramente lo pagó el equipo blanco en el final apretado, como un Facundo Campazzo que, en busca de su cuarto MVP de Supercopa, se quedó en 19 puntos sin estar fino en las últimas posesiones del último cuarto. Con todo, la reacción de los blancos fue una realidad, con el orgullo de Sergio Llull y Gabi Deck, y buenos minutos de Usman Garuba y Andrés Feliz.
Perry sujetó a los de Navarro y el Unicaja se preparó para sufrir, pero de nuevo fue capaz de abrir una pequeña brecha (64-72). Garuba, una mandarina de Llull, el Madrid parecía oler la sangre, pero Kalinoski y Taylor respondieron desde el triple. El regreso de Campazzo tras tomar aire no funcionó, ni tampoco un Tavares eclipsado por un Sima que ya fue decisivo en semifinales.