El exmandatario Donald Trump daba por más que asegurada su victoria en las elecciones de noviembre, al menos, hasta hace unos días. Pese a que no ha abandonado ese objetivo, el terremoto político desatado en las filas demócratas, con la renuncia a la reelección del presidente estadounidense, Joe Biden, y la irrupción en la campaña de su número dos, Kamala Harris, podría estarle pasando factura a su candidatura a la Casa Blanca.
Consciente de que la vicepresidenta sigue ganando simpatizantes conforme pasan los días, el líder republicano ha decidido pasar a la acción y presentó ayer una queja ante la Comisión Federal Electoral por el traspaso de los fondos recaudados por el todavía dirigente demócrata a su mano derecha tras abandonar la carrera.
En concreto, el asesor general de campaña de Trump, David Warrington, argumentó que Harris, que ya acaricia la nominación tras conseguir los delegados necesarios para ello, «está tratando de perpetrar un robo de 91,5 millones de dólares (algo menos de 85 millones de euros) del dinero sobrante de la campaña de Joe Biden».
«Es un robo descarado de dinero que constituiría la mayor contribución excesiva y la mayor violación en la historia de la Ley de Campaña Electoral Federal de 1971», subrayó en un comunicado.
La denuncia exige una investigación criminal de la conducta y sugiere que Biden debería verse obligado a reembolsar sus contribuciones a los donantes, en lugar de transferirlas a Harris.
El equipo de la vicepresidenta salió rápidamente al paso y acusó a los republicanos de estar «celosos» de que están «motivados para derrotar a Trump», en un momento en el que la posible aspirante continúa recortando distancia con el magnate. De hecho, según algunas encuestas difundidas por medios nacionales, la política ya estaría por delante del exmandatario con una ventaja de dos puntos.
Aun así, la campaña de Trump confía en que el entusiasmo generado sea pasajero. Así se desprende de un memorándum escrito por el asesor del antiguo inquilino de la Casa Blanca, en el que pronostica que durante las próximas dos semanas Harris vivirá una «luna de miel» que terminará poco después, cuando «el descontento» por la inflación y las cifras récord de llegadas de migrantes haga mella en el electorado.
Por eso, el expresidente retó a su más que probable rival en las urnas a «celebrar más de un debate», agregando que es «importante» participar en este tipo de iniciativas.
Estrategia como fiscal
La vicepresidenta, que aún no ha aceptado ni declinado la oferta, pues todavía no es candidata oficial, también decidió pasar al ataque y evocó durante un mitin su pasado como fiscal para arremeter con dureza contra el republicano, quien es el primer exmandatario condenado por un crimen en la Historia.
«Sé bien cómo son los de su calaña», señaló desde Milwaukee, en el estado clave de Wisconsin.