Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron el miércoles, 23 de octubre, a dos varones como presuntos autores del robo de 12.000 euros, con el timo del 'tocomocho', a una anciana, a la que los agentes pudieron devolver todo el dinero. Además, tenían una requisitoria en vigor por hechos similares en Orense, donde habían estafado 24.000 euros
Los agentes les sorprendieron 'in fraganti', cuando circulaban por diversas calles de la ciudad de Valladolid, trasladando a la víctima a varias oficinas bancarias, hasta que, en un momento determinado, pudieron interceptarlos y proceder a su detención por un presunto delito de estafa y pertenencia a grupo criminal.
Los autores, tras embaucar a la víctima y someter su voluntad, con la creencia de que se encontraba ayudando a una persona desvalida y desamparada, habían obtenido 12.000 euros que la víctima fue extrayendo de su cuenta bancaria mediante extracciones sucesivas en distintas oficinas, y con la excusa de que era para pagar una reforma en casa, con el fin de no levantar sospechas. Los detenidos, tras pasar a disposición judicial, fueron puestos en libertad con cargos.
Mediante la intervención policial, se consiguió, aparte de la detención de los presuntos autores de los hechos, la recuperación de la cantidad íntegra de dinero), y de los efectos necesarios para la comisión del delito, tales como paquetes de papeles intercalados con billetes de curso legal para simular fajos de billetes de gran cantidad de dinero y joyas falsas para generar, en la víctima, la creencia de solvencia.
En el transcurso de la investigación, se ha podido acreditar que los dos detenidos, que son hermanos, pertenecen a un clan familiar dedicado a la comisión de esta modalidad delictiva, en la que suelen intervenir varias personas, que se distribuyen varios papeles, alguno de los cuales necesita una gran especialización para conseguir inducir a la víctima el suficiente engaño como para que le entreguen una gran cantidad de dinero y/o joyas, de forma voluntaria y en el menor tiempo posible.
Timo del tocomocho
Su preparación consiste en la consecución de varios cupones de lotería. Posteriormente, se realiza un listado de premios, donde aparecen sellos lo más parecido a los auténticos, donde los boletos preparados aparezcan como los premiados. En el caso de esta operación, uno de los detenidos, que se hacía pasar por 'el listo' hacía una llamada, donde comprobaba que los diez boletos estaban premiados con 35.000 euros cada uno y uno de ellos, al coincidir además la serie, con 500.000 euros.
Los papeles para desarrollar por parte de los autores de este tipo de hecho fundamentales son dos: el 'tonto' o el 'premiado' y el 'listo' o el 'gancho'. La sucesión cronológica durante la comisión de este tipo de hechos delictivos sería la siguiente: la figura del 'tonto' es fundamental, en el momento de acercarse a la víctima debe causar una primera impresión de pena e indefensión, para conseguir una cierta complicidad con ésta desde el primer momento.
Suele utilizar el rol del premiado, que se trata de una persona que ha sido agraciada con el premio de un sorteo de lotería y lo que busca es la posibilidad de cobrar ese o esos boletos premiados, ofreciendo a la víctima la posibilidad de entregarle una gratificación a cambio de parte del premio.
Es en ese momento cuando aparece el 'listo', que es el segundo actor en este tipo de delitos. Se acerca con el pretexto de ayudar a la víctima a indicar la calle solicitada o con la excusa de que ha oído parte de la conversación, siempre de forma involuntaria y desinteresada. Simula que dispone de una gran cantidad de dinero metido en un sobre (en este caso dice que son los 12.000 euros) que enseña y se los entrega al 'tonto', diciéndole a la víctima que ahora le toca sacar el dinero a él para conseguir los boletos premiados para ayudarle a cobrar el resto, con lo que la víctima empieza a tener la sensación de que va a realizar una buena labor social al ayudar a un desvalido a cobrar unos boletos premiados y así no le puedan timar otras personas.
El aturdimiento de estas víctimas de avanzada edad hace que los autores consigan hacer creer a la víctima que solo se fían de él y que les parece una buena persona y que solo le quiere entregar a él los boletos premiados. De este modo consiguen que la víctima piense que puede conseguir una gran cantidad de dinero a cambio de muy poco.
Después se dirigen a los bancos donde la víctima tenga cuenta y consiguen que entre voluntariamente y extraiga del banco la cantidad de dinero solicitada, aconsejándola, en este caso lo que debe decir al cajero para no levantar sospechas.