La izquierda francesa trata de mostrar una imagen de unidad en la calle este sábado, una vez constituida en coalición bajo el nombre de Frente Popular, ante la extrema derecha que en las legislativas anticipadas podría conseguir una victoria que la llevara al Gobierno.
"Tenemos que evitar esta catástrofe organizada por Emmanuel Macron y Marine Le Pen", ha subrayado Sophie Binet, secretaria general de la Confederación General del Trabajo (CGT), uno de los cinco sindicatos que han convocado durante el fin de semana más de 200 manifestaciones en todo el país.
Binet, que ha ido en el cortejo de cabeza de la marcha de París, que ha salido hacia las 14.30 de la plaza de la República en dirección hacia la plaza de la de la Nación, ha mostrado su esperanza porque "desde el lunes observamos una fuerte dinámica de unión", en alusión al Frente Popular formado por La Francia Insumisa (LFI), el Partido Socialista (PS), los Ecologistas y el Partido Comunista (PCF).
Los principales responsables políticos han ido por detrás, y entre ellos el primer secretario del PS, Olivier Faure, que ha insistido en el mensaje de mantener la unidad "hasta la victoria" en unos comicios que se van a desarrollar a dos vueltas el 30 de junio y el 7 de julio.
Un pulso entre el Frente Popular y la RN
Faure ha repetido el argumento de que "sólo hay una fuerza que puede hacer frente a la Agrupación Nacional (RN, el partido de Marine Le Pen), y esa fuerza es el Frente Popular", porque los sondeos -ha subrayado- preludian el "hundimiento" del bloque macronista.
Macron decidió convocar elecciones legislativas anticipadas el pasado domingo nada más anunciarse los resultados de las europeas en las que su partido, Renacimiento, obtuvo únicamente un 14,6% de los votos y sufrió una derrota humillante frente la RN, que recibió el 31,4% de los sufragios.
Los sondeos que se han realizado después preludian una nueva victoria -con más del 30% de los votos- del partido de Le Pen, que aspira a hacerse con el Gobierno y quiere que el primer ministro sea su presidente, Jordan Bardella, mientras en segunda posición iría el Frente Nacional con entre el 25 y el 28%. Renacimiento quedaría relegado al tercer puesto con menos del 20%.
En espera de las cifras finales que se conocerán al final de la jornada, la policía señaló que antes de que empezara el desfile en París, hasta las 13.00 locales (11.00 GMT) había contabilizado 50.000 personas en el resto de Francia.
Los servicios de información de las fuerzas del orden, que habían desplegado a 21.000 agentes por toda Francia para garantizar el orden, habían calculado que podría haber hasta 350.000 manifestantes en todo el país.
Fricciones en La Francia Insumisa
Esta jornada para intentar movilizar al electorado llega cuando han surgido las primeras fricciones en el seno del recién creado Frente Popular al saberse que LFI ha excluido de investidura a cinco de sus diputados salientes que se habían significado por sus encontronazos con el líder de este partido de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon.
Al mismo tiempo, esa formación ha investido de nuevo al diputado Adrien Quatennens, uno de los lugartenientes de Mélenchon, que en 2022 fue condenado a cuatro meses de cárcel exentos de cumplimiento por pegar a su mujer.
Todo eso ha suscitado críticas de algunos miembros de LFI, pero también de otros responsables de la coalición de izquierdas.
En paralelo, el golpe de efecto del día ha sido el anuncio del antiguo presidente socialista François Hollande (estuvo en el Elíseo de 2012 a 2017) de que va a presentarse a las elecciones en nombre de su partido a un escaño de diputado en el departamento de Corrèze (centro), que fue su feudo electoral.
Hollande, que el jueves había dado su respaldo a la constitución del Frente Popular, desde Corrèze esta tarde ha indicado que lo hace porque considera que "la situación es grave" porque "nunca la extrema derecha ha estado tan cerca" de llegar al poder desde el final de la Segunda Guerra Mundial.