El 20 de mayo, y tras el adiós del aclamado entrenador Jordi Lluelles, conocíamos el nuevo nombre que tendría el nuevo técnico del Balonmano Soria. Oriol Castellarnau pisaba por primera vez la ciudad de Soria el 31 de octubre. Su presentación estuvo marcada por la misma línea de su antecesor: buscar el ascenso.

Comenzamos con por el principio, ¿cómo ha sido adaptarse a Soria?

La verdad es que muy bien. Estoy encantado con la ciudad, con el club y, sobre todo, me encanta el ambiente de deporte que se respira. También se hacen muchas cosas en Soria, y me gusta mucho.

En lo deportivo, venías a sustituir a una figura tan representativa como Jordi Lluelles, ¿había algo de temor?

No, temor no. En ningún momento. De hecho, sabíamos que veníamos a un sitio donde se había trabajado muy bien y que la gente tenía una expectativa muy alta. Siempre es bueno eso. Veníamos a aprovechar las cosas buenas de Jordi y, evidentemente, a incorporar poco a poco cosas de nuestro estilo.

Los inicios de esta temporada fueron muy buenos. ¿Cómo fue integrar a esa vieja guardia que dejaba Jordi, todos los veteranos del Balonmano Soria, la juventud que se ha incorporado este año?

Sobre todo, al principio en pretemporada, todo fue muy bien. Fue bastante fácil. Creo que también, con el golpe del año pasado de perder el último partido, la gente necesitaba sangre nueva, ver a gente nueva y se formó un equipo nuevo. Luego sí que pasamos por una fase en la que empatamos y perdimos que fue un golpe de realidad. Estamos en una categoría complicada en la que no te puedes relajar ni un momento. Aunque, igualmente, no creo que fuese relajación. Era un proyecto nuevo, había que asimilar muchos conceptos, y nunca nos habíamos encontrado en una situación complicada. No conocíamos este escenario. Ahí nos conocimos en las malas, y fue muy bueno para el momento de ahora. Al final, aprendemos mucho de las derrotas, de los partidos complicados. Hemos llegado a partidos difíciles como el del Zamora o el de este último fin de semana. Llegamos a este final de la primera vuelta conociendo todos los escenarios posibles. 

¿Podríamos decir que ha sido un refuerzo positivo ese empate y esa derrota?

Sí, creo que aprendimos mucho y fuimos muy conscientes de lo que estaba pasando. No escondemos nada. Creo que hablamos mucho con el equipo, también entre nosotros, nos dijimos las cosas que nos teníamos que decir para evolucionar, y creo que aprendimos mucho y aprovechamos mucho la ocasión.

No habéis vuelto a conocer la derrota desde entonces, ¿qué es lo que ha cambiado?

Lo gestionamos bien. Dijimos todo lo que podíamos mejorar, lo que estábamos haciendo bien, los puntos en los que teníamos que dar un paso adelante. Todo ello nos sirvió para llegar a los momentos complicados. Aprendimos a cómo tratarnos, a cómo queríamos ser en el momento en el que perdíamos. 

A nivel de conjunto, ¿qué es lo que piensas que ha cambiado desde ese primer encuentro hasta el decimoquinto al que estáis a punto de llegar?

Cada vez nos conocemos más. Cada vez sabes qué es lo que queremos cada uno. A nivel de sistemas, los chicos cada vez también se conocen más, al final es una cosa muy global. Depende mucho de las individualidades conjuntas; las sinergias del compañero que tengo al lado, los detalles técnicos de los 'timings', en ataque queremos un sistema en el que sabes dónde desequilibrar. En esas cosas estamos evolucionando mucho. En resumen, en que se conozcan, tanto ellos como entre ellos.

¿En qué hay que centrarse lo que resta de temporada?

El objetivo es ascender. No da igual la posición, queremos estar lo más arriba posible, pero el objetivo es ir a fases y, a partir de ahí, ir a ganar. Hay que tener muy en cuenta el día a día. Ahora, tal y como está la clasificación, sabemos que cada partido es importante, que para llegar al objetivo tenemos que estar muy enfocados en el trabajo diario.