El laberinto del 12-M

R. Mateos (EFE)
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Aragonès, Illa... ¿o Puigdemont? Cataluña entra en un túnel de batallas partidistas en el que, previsiblemente, habrá un triple enfrentamiento por el timón de la Generalitat

El líder de la Generalitat firmará hoy el decreto de convocatoria electoral. - Foto: D. Zorrakino (Europa Press)

El adelanto electoral en Cataluña promete un triple duelo por el timón de la Generalitat entre Pere Aragonès, Salvador Illa y un Carles Puigdemont que puede convertirse en el as en la manga de JxCat para el próximo 12 de mayo, en un contexto de inestabilidad política agudizado por el fracaso de los Presupuestos y que se prolongará hasta finales de junio o, incluso, más allá.

Está previsto que el president firme hoy el decreto de convocatoria electoral y se publique mañana en el Diario Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC). En ese momento, Cataluña entrará en un túnel de provisionalidad, batallas partidistas y una más que probable inestabilidad que durará cuatro meses.

Tras la cita con las urnas del 12-M, se abrirá un plazo de 20 días hábiles -contaminado por la batalla de la campaña de las europeas- para constituir el nuevo Parlament, que como muy tarde celebrará su primera sesión el 10 de junio; a continuación, la nueva Presidencia de la Cámara catalana tendrá 10 días hábiles para proponer, tras una ronda de consultas, a un aspirante para ser investido.

Tradicionalmente, el debate de investidura se ha celebrado dentro de este plazo, por lo que podría tener lugar en torno al 25 de junio -la fecha es orientativa-; si fracasa en primera votación al no llegar a la mayoría absoluta, el candidato puede optar a ser designado por mayoría simple al cabo de dos días.

Por lo tanto, Cataluña no dispondrá de un nuevo Govern, como mínimo, hasta finales de junio, pero vista la fragmentación política actual y las tensiones entre adversarios, no es descartable que la investidura encalle. Si fracasa la primera votación, empieza una cuenta atrás de dos meses hasta un nuevo debate de investidura -que hipotéticamente podría caer a finales de agosto- y, si tampoco hay mayoría para elegir a un presidente, automáticamente serían convocadas otras elecciones para 54 días después, ya en octubre. 

El factor más imprevisible de estas elecciones puede ser Puigdemont si se confirma como cabeza de lista de Junts, como desea ardientemente su partido. Él mismo da verosimilitud a esta opción.

En los comicios de 2021, el prófugo de la Justicia ya fue el simbólico número uno de la formación, con Laura Borràs como candidata efectiva, pero esta vez calculan que la entrada en vigor de la ley de amnistía permitiría al expresident regresar a bombo y platillo, justo para asistir al debate de investidura.

Un 'plan b'

Sin embargo, son muchas las incógnitas que quedan por despejar, ya que los tribunales que investigan a Puigdemont por el 1-O y por el caso Tsunami pueden elevar cuestiones prejudiciales a la Justicia europea y retrasar la retirada de su orden de detención nacional, una incertidumbre que obliga a JxCat a pensar en un plan B y en escoger meticulosamente al número dos de su lista.

Si en 2021 el independentismo logró la mayoría absoluta en votos -hasta un 52 por ciento en total- y en escaños -ERC, Junts y la CUP suman 74 diputados-, esta vez las perspectivas son a la baja, hasta el punto de que, según las encuestas, peligra su mayoría parlamentaria.

Aragonès y Puigdemont protagonizarán uno de los duelos más encarnizados. Lo que no está claro es si habrá suficientes puentes para volver a pactar un Govern independentista o si las relaciones están tan deterioradas que no es posible otra coalición.

El repliegue de Esquerra y JxCat, que se han vuelto imprescindibles para la estabilidad del Ejecutivo de Pedro Sánchez, ha enervado a los sectores más radicales, lo que puede atomizar aún más la oferta. La ultraderechista Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll, planea saltar al Parlament, igual que la eurodiputada y exconsellera Clara Ponsatí, que tras distanciarse de Puigdemont presentará el 23 de abril en el Teatro Borràs su nuevo proyecto político. 

La oportunidad de Sánchez

Quien lidera los sondeos es el primer secretario del PSC, Salvador Illa, que ya ganó en votos en 2021 y en cuya victoria confía Sánchez, ya que ese escenario daría pleno sentido a su estrategia de diálogo y reencuentro con el independentismo. El líder socialista en Cataluña esgrimirá su papel estabilizador como jefe de la oposición, tras alcanzar dos años seguidos un acuerdo presupuestario con el Govern y recetar «responsabilidad» y «política útil».

El 12 de mayo también será un examen para los comunes -Jéssica Albiach ya se ha mostrado «dispuesta» a repetir-, después de haber sido claves para tumbar los Presupuestos catalanes.

En el flanco de la derecha, es el PPC -está por ver si con Alejandro Fernández como candidato- quien tiene mejores pronósticos, ya que prevé un crecimiento exponencial partiendo de sus peores resultados: solo tres escaños de 135.

Muy diferente es la situación de CS, en vías de descomposición tras quedar fuera del Congreso y que afrontaba la cita con las urnas con el riesgo de desaparecer, aunque su «frente constitucionalista» que podría acercarlos a los populares.

Vox, con Ignacio Garriga al frente, es cuarta fuerza en Cataluña con 11 escaños y aspira a llevarse al electorado más contrario a independentistas y socialistas.