Ni solo ni aislado. Esa fue la sensación que transmitió ayer el presidente de Rusia, Vladimir Putin, durante la presentación de la cumbre del Grupo de los BRICS, en Kazán, en donde se reunió con más de 30 países amigos, entre los que se encontraban algunas de las potencias emergentes más importantes del planeta, como China o la India. Y no era para menos, ya que se trataba de la primera vez desde el comienzo de la guerra en Ucrania en el que el mandatario del Kremlin se rodeaba de sus aliados. De hecho, según Moscú, este evento supone el principal acontecimiento «de la agenda mundial estos días».
«Rusia no está aislada. En el mundo contemporáneo es muy difícil aislar a un país, sobre todo, cuando se trata de uno como la Federación de Rusia», afirmó el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, hace unos días.
Aunque Rusia no ve el Grupo de los BRICS -integrado por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica más Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía- como una alternativa a la ONU, sí es cierto que lo compara con el G-7, es decir, el formado por Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y Japón.
Tal es el poderío económico de los BRICS que Putin presumió del papel que desempeña este club en la economía mundial, ya que su Producto Interior Bruto (PIB) conjunto supera los 60 billones de dólares, «mientras su participación en la economía internacional adelanta al del G-7 y «continúa aumentando», indicó Putin. Sin olvidar que estos los países integrantes representan a casi la mitad de la población del planeta.
Las autoridades rusas tratan de aprovechar su Presidencia en el grupo para contraponerse a los «clubes exclusivos» de Occidente, a los que acusan de imponer su visión del mundo al resto de los países.
Guerra en Ucrania
Aparte de la economía, los dirigentes reunidos en Kazán abordarán en la cumbre, que se celebrará hasta mañana, asuntos regionales e internacionales, como los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo.
Precisamente, el grupo prevé aprobar una declaración final que incluirá su «posición común» sobre la situación en Europa del Este, afirmó Yuri Ushakov, asesor del Kremlin. «El contenido ya fue consensuado y no ha despertado ninguna objeción», añadió.
Además, el presidente de China, Xi Jinping, defendió la «inquebrantable» amistad con Rusia, pese al turbulento contexto internacional. «La situación mundial vive importantes cambios, pero eso no puede mermar mi convencimiento en la inquebrantable elección estratégica de ambos países», anotó Xi.
Y concluyó que la profunda amistad entre ambos pueblos es «inalterable».