Hay una historia preciosa detrás de la titularidad de Christian Stuani en el Parque de los Príncipes, en el primer partido de la historia del Girona en la Liga de Campeones, y esa historia se escribió en el verano del 2000: el Rayo Vallecano se estrenaba en competición europea (la actual Europa League) gracias a un premio de 'fair play' de la UEFA. Cota, capitán de aquel equipo, se enteró de la noticia de vacaciones. En el debut ante el Constel-lació de Andorra, fue suplente con Juande Ramos. «Fue una decepción grande después de haberlo jugado todo. Juande sabía que para mí era importante y me quedé contrariado», comentaba en un medio digital el futbolista, nacido en Vallecas… igual que Míchel, entonces compañero suyo y autor del primer gol europeo en la historia del club: el hoy entrenador corrió a celebrarlo hacia el banquillo con su capitán y amigo.
Aquello suponía el premio a toda una carrera, al amor a unos colores, la constatación de haber hecho historia con el escudo de tu vida pegado en el pecho. Por eso, en el debut europeo del Girona, Míchel le dio galones de titular a Stuani (Tala, Uruguay, 12 de octubre de 1986): que fuera él quien portase el banderín en el sorteo inicial, que eligiese el lado de la moneda, eligiese campo… y recogiese el premio tras ocho temporadas de entrega total al equipo. No disputaba un partido internacional de clubes desde la 07/08, cuando jugó la Copa Libertadores con Danubio (Montevideo): marcó un gol en tres partidos. Danubio fue eliminado en la fase de grupos.
Desde el ascenso a Primera, Stuani perdió su sitio en el once. De jugar 37 partidos en la 21/22 y hacer 22 goles determinantes para llevar al Girona a la élite… a ser apenas ocho veces titular en LaLiga. Y, sin embargo, siguió siendo fundamental: Castellanos disputó 35 partidos (33 como titular) para 13 goles; Stuani sólo obtuvo ocho titularidades, pero jugó 32 encuentros y marcó nueve tantos. El pasado curso, con apenas cinco presencias en el once inicial, sumó 31 choques (cinco dianas)… y, poco a poco, hasta llegar al pasado fin de semana, cuando entró al campo para tirar un penalti en el minuto 99, ganar el partido (2-1) al Athletic y convertirse en el mejor revulsivo de la historia de Primera: 29 goles saliendo desde el banquillo, superando el récord de Julio Salinas, que entre Athletic, Atlético, Barça, Deportivo, Sporting y Alavés llegó a 28 goles (de los 152 que sumó en Primera en toda su carrera).
También Leo
Sorprendentemente, el siguiente en la lista es… Leo Messi (27 tantos como suplente). El máximo goleador de la historia de la Liga (474) también era un revulsivo de máximas garantías si el partido se atoraba y el técnico de turno le había dado descanso: empezó el partido en el banquillo en 56 de los 520 encuentros que jugó en Primera División. El argentino está empatado con Óscar de Paula, el 'gran comodín' de la Real Sociedad, que jugó 11 temporadas con el bloque donostiarra y marcó 62 goles, 27 de ellos saliendo como suplente.
Entre los 'agitadores' ilustres también figura un paisano de Christian Stuani: Walter Pandiani, que sumó 24 goles. En el 'Top 10' (en cuenta regresiva) figuran Gameiro y Juanmi (20), Ángel (21), y con 23 Morata, Sarabia… y Ángel Correa. El futbolista del Atlético de Madrid se sitúa entre los mejores de la historia de la Liga por goles como el anotado en el último derbi, que supuso el 1-1 ante el Real Madrid. Además, el atacante argentino tiene una estadística asombrosa detrás de cada uno de sus tantos con el Atleti: si marca, el equipo no pierde. Correa ha anotado en 57 partidos distintos, y los rojiblancos suman 47 victorias y 10 empates. Un talismán como pocos quedan hoy en activo.