El primer ministro de Hungría, el ultranacionalista, Viktor Orbán, y su homólogo eslovaco, el populista Robert Fico, han pedido este martes una negociación con Rusia para terminar la guerra iniciada por su invasión de Ucrania, pese a reconocer que se trató de una violación del derecho internacional.
"Propongo negociar, de una manera sobria, con serenidad estratégica", dijo el jefe del Gobierno de Hungría, el mejor aliado de Rusia dentro de la Unión Europea, durante una cumbre en Praga de primeros ministros del Grupo de Visegrado, que incluye también a Polonia y a República Checa.
Fico y Orbán coincidieron con sus homólogos checo, Peter Fiala, y polaco, Donald Tusk, en que la agresión rusa supone "una grave violación del derecho internacional".
"Cuanto antes empiece la negociación de paz, mejor", dijo Orbán, quien argumentó que sólo cuando termine la guerra "se podrá decir quién es el agresor y quién la víctima".
Fico, que detuvo la ayuda militar a Ucrania cuando formó Gobierno el pasado otoño, dijo por su parte que "una tregua inmediata abre el camino para un acuerdo".
El jefe del Gobierno eslovaco gobierna con su partido Smer y otra formación que se define también como socialdemócrata, La Voz (Hlas), suspendidas ambas del Partido Socialista Europeo por aliarse con el ultraderechista SNS.
Fico ha llegado a justificar recientemente en parte el ataque ruso, al opinar que la OTAN mintió cuando dijo que no se ampliaría hacia países que fueron satélites de la Unión Soviética y hoy son democracias soberanas.
Las posturas de Fico y Orbán han sido criticadas por sus homólogos de Polonia y República Checa, lo que ha llevado a que incluso se ponga en cuestión la continuidad del Grupo de Visegrado, creado para coordinar la entrada de estos países en la UE, lo que se produjo en 2004.
Tusk dijo que el grupo debería recordar sus principios fundacionales: los valores europeos, la libertad, los derechos humanos y el Estado de derecho.
"La República Checa y Polonia participamos con ayuda militar, algo que Hungría y Eslovaquia no comparten, y quieren apoyar humanitaria y financieramente", resumió Fiala esas diferencias.
El primer ministro checo también dijo que también hay divergencias de opiniones sobre el origen de la agresión.