El atletismo en Soria es religión. Podríamos contar cientos de historias, pero pocas como la que surge este fin de semana. Rafael Martínez, aficionado a este deporte, afronta en Tokio su 16ª maratón, pero lo que hace especial a esta cita es que con ella completará los denominados 'Majors', las carreras más grandes de esta distancia que están ubicadas en Londres, Nueva York, Boston, Chicago, Berlín y la propia ciudad nipona.
Culmina de esta forma un reto que comenzó en 2009, cuando debutó en Nueva York. Lo hace a la edad de 52 años, pero con la ilusión de un niño. «Completar esto es un motivo de orgullo», reconoce el atleta vinculado al club Puente del Canto. «Nunca tuve idea de hacerlo hasta que en 2015 completé la tercera de las seis», recuerda ahora. No tendrá más medalla que la de participante, pero su significado es para tenerlo muy en cuenta.
El inicio. Rafael Martínez lleva toda la vida corriendo. «Siempre decía que había que hacer al menos una maratón en la vida», rememora. Fue hace 15 años cuando dio el paso. «Dije que ya que iba a por ello tenía que hacerlo en un lugar mítico y por eso elegí Nueva York», añade. Allí completó los poco más de 42 kilómetros en 3 horas y 22 minutos. «Fue la más rápida de todas, algo sorprendente al ser la primera», analiza.
Rafael Martínez, el 'hombre maratón' - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez MartínezEl buen sabor de boca que le dejó hizo que ya nunca parase. Lleva 15 en total, pero también ha tenido malos momentos como Boston en 2018. «Llegué allí cojo y entré en meta cojo», desvela. «Nos cayeron además 40 litros de agua, fue horrible, pero al menos ya está hecha», afirma viendo el lado positivo a una prueba que no ha repetido.
En Chicago completó en 2019 su último 'Major', lo hizo con 47 años, y con una marca que poco tenía que ver con la de Nueva York. En su evolución como atleta muchas cosas han cambiado, pero otras siguen intactas.
El final. Si antes completaba unos 60 kilómetros a la semana, ahora Rafael Martínez realiza unos 40. «Haces menos entrenamiento, pero psicológicamente estás preparado», asegura. «Lo más importante es tener el hábito de correr y por eso tengo que agradecer a mis compañeros del Puente del Canto y a Ramón Zapata, su compañía en esas tiradas largas», afirma.
En Tokio se cierra un ciclo. «No será el final», puntualiza. «Algún amigo me animará a seguir y probar otros lugares, como por ejemplo París», sentencia. Solo mencionarlo ya es garantía de que seguro que corre en otra nueva ciudad. El soriano es un trotamundos en el más estricto sentido de la palabra, un ejemplo de que no hay que ser el más rápido ni el más fuerte para entrar en la historia. Lo hará con la misma dedicación de siempre, mostrando su amor por el atletismo y con una mentalidad en positivo que le ha hecho alcanzar todas sus metas.