Alquilar piso nunca es una tarea sencilla, sobre todo en ciudades como Soria, donde el mercado se encuentra anquilosado, con una oferta muy escasa y de precios elevados, tal y como se lamentan habitualmente desde las inmobiliarias sorianas. Compartir vivienda ya no sólo es cosa de estudiantes, pues la escasez hace que esta práctica esté ganando terreno entre los adultos que llegan a Soria a trabajar. Para la mayoría de los universitarios compartir casa no es un gran problema. Es más, a veces puede ser una forma de «conocer a otras personas y de hacer amigos, sobre todo en el primer año de carrera». Para los caseros, este tipo de inquilinato «es una manera de saber que vas a tener el piso ocupado, por lo menos, durante diez meses» y, además, sacan mayor rentabilidad al arrendarlo por espacios y no de forma completa. Sin embargo, Soria es actualmente la ciudad donde hay menos oferta de alquiler de habitaciones de toda España si se compara con el mismo trimestre del año pasado. En concreto, ha sufrido una caída del 36%, según el portal inmobiliario Idealista.
En general, los universitarios que llegan a Soria para cursar estudios y los sorianos que salen fuera a desarrollar su carrera académica son precavidos y hace semanas que han encontrado casa para vivir durante el próximo curso; ahora sólo les queda completar la mudanza. Generalmente lo hacen «a través de particulares porque no siempre cobran fianza y es más económico, aunque te puedes encontrar cualquier cosa» y en modalidad compartida «porque es mejor estar en compañía y nos sale más barato» a pesar de que a veces la convivencia puede ser «algo desastrosa», según los universitarios sorianos que comparten piso consultados por este periódico.
rastrear. Los portales inmobiliarios son los principales nichos de rastreo del mercado de alquiler de pisos tanto para los estudiantes sorianos que salen fuera como para los que llegan a Soria para formarse. Tirar de conocidos (amigos de clase, algún lazo familiar con la zona...) suele darse más a partir del primer año de estancia, bien cuando ya se ha pasado por una residencia estudiantil o no se ha estado a gusto en el primer piso compartido y se quiere cambiar. Pero recurrir a los tablones de anuncios en busca del espacio deseado también es habitual. De hecho, en la zona de información del Campus Duques de Soria de la Universidad de Valladolid (UVa) disponen de una carpeta con anuncios de alquiler de vivienda compartida con otros estudiantes.
Las instalaciones universitarias sorianas comenzarán a llenarse de estudiantes a partir del 9 de septiembre, que es cuando comienzan los cuatrimestres con carácter general y muchos de ellos estrenarán piso y compañeros. Pero para los que se hayan quedado rezagados es importante tener en cuenta algunas cuestiones. Lo primero que hay que decidir es si se quiere compartir casa o se puede asumir el gasto de una completa; después, comparar precios, según se indica en el portal Destu. Más que la ubicación, la conexión de transporte público para llegar hasta la universidad es un punto muy favorable. Una vez que se visite la vivienda uno debe tomarse su tiempo para comprobar si todo está en buen estado y funciona, y preguntar todas las dudas que surjan. Finalmente, cuando se firma el contrato deben estar claras la identidad del casero, la vivienda, la renta y la duración, así como otro tipo de cláusulas acordadas (gastos extra, mantenimiento...).
horquilla de precios. La oferta de habitaciones en pisos compartidos bajó en Soria un 2% interanual en el primer trimestre del año y un 36% en el segundo, según informe de Idealista, el marketplace inmobiliario del sur de Europa. En el conjunto del país se materializó un incremento del 29% del número de habitaciones en arrendamiento, lo que permitió que los precios subieran un 3%, situándose en los 400 euros mensuales de media por cuarto, de acuerdo al citado informe.
Sin embargo, en la provincia de Soria el incremento del valor del alquiler de habitaciones fue del 20%. En la actualidad, el coste medio en la provincia se sitúa en los 260 euros al mes por cuarto. En los portales inmobiliarios los precios en la ciudad oscilan entre los 165 euros (gastos incluidos salvo la conexión a internet) y los 550 euros (habitación doble con baño y todo a estrenar, con los gastos aparte). En realidad, todo depende del estado de la vivienda, de su ubicación, del número de baños y de la inclusión o no de algunos extras (internet, luz, gas...). En la mayoría no se permite fumar y ni se admiten parejas ni mascotas. Entre otras especificaciones, en algunos se indica que son LGTB friendly y en otros que no acepta a menores de edad.
no vale cualquier sitio. Al echar un vistazo en los portales inmobiliarios la oferta que se percibe es de espacios muy variados: desde los renovados completamente hasta los más obsoletos. Habitables, en teoría, todos ellos. Aunque todo aquel que ha vivido de alquiler alguna vez sabe bien que una cosa es la instantánea publicada en una plataforma web, muchas veces reciclada de un año a otro sin tener en cuenta desperfectos o cambios posteriores, y otra muy diferente ver el piso y su entorno in situ; en ambos casos las sorpresas pueden ser notables, tanto para bien como para mal. Habrá quien crea que para los chavales se trata de una aventura, de que al ser su primera salida de casa todo vale, pero no es así. ¿Qué tienen en cuenta los universitarios sorianos a la hora de alquilar una habitación en piso compartido? En resumen: comodidad, privacidad, respeto, limpieza y que por ser estudiantes no les tomen el pelo con los precios. Además, en general, una ubicación cercana a la universidad suele ser lo de menos; cuenta más tener cerca una parada de transporte público para poder trasladarse.
«A mí no me da igual meterme en cualquier sitio porque tienes que estar todo un curso viviendo allí; el año pasado me tocó la habitación pequeña y éste, que nos hemos cambiado de piso, he tenido suerte y me ha tocado una más grande, pero hemos estado buscando mucho antes de cambiarnos porque todo cuenta, sobre todo cómo está la casa y cuánto cuesta», asegura una universitaria soriana que este fin de semana volverá a empaquetar sus cosas para poner rumbo a Zaragoza, donde estudia Trabajo Social. Para otra universitaria soriana, estudiante de Farmacia en Navarra, la cuestión es «estar a gusto en casa, en un sitio apropiado para poder estudiar y descansar, no meterte en un zulo, como dicen aquí, que también hemos visto pisos de ésos y por un dineral». Va a la universidad en autobús, «pero hay buena combinación y eso es importante».
Para Oihana Armendáriz, natural de la monumental villa medieval navarra de Artajona y estudiante de Traducción e Interpretación en el Campus Duques de Soria de la UVa, es vital contar con «compañeros respetuosos y limpios» cuando se trata de convivir en un mismo espacio. Asimismo da importancia a «que los vecinos no sean escandalosos». Después de estar un año compartiendo piso con otros universitarios, este curso ha decidido cambiar tanto de vivienda como de zona y esta misma semana ha hecho la mudanza. La búsqueda la ha realizado a través del portal inmobiliario Idealista y, aunque no obvia que encontrar una vivienda en Soria capital «es algo caro», las viviendas, en general, «suelen estar bastante bien».
normas de convivencia. Los caseros también son conscientes de que deben ofrecer, en conjunto, una oferta apetecible. «No pido mucho, me parece lo justo por un piso que está reformado», indica uno de los propietarios de una vivienda en alquiler por habitaciones sólo para estudiantes en la capital, pero que prefiere no ofrecer muchos datos para mantener el anonimato. «Creo que, teniendo en cuenta cómo está el mercado en Soria y que toda la casa está amueblada y con reformas, es justo lo que pido por habitación». Además, la vivienda está «bien ubicada para ir a la universidad y el vecindario es bueno», asevera este arrendador.
Una de las cuestiones que más preocupa tanto a los propietarios como a los vecinos de los pisos de estudiantes es la posibilidad de las molestias por ruido. «Que seamos universitarios no significa que vayamos a estar todo el día de fiesta», reprochan los estudiantes consultados, quienes lamentan que se les cuelgue esta «fama de fiesteros; dedicamos mucho tiempo a estudiar». «Hay tiempo para todo, claro, pero eso de que estemos todo el día de fiesta y molestemos a los vecinos..., no es real», insisten.
Al respecto, otro de los caseros consultados asegura no haber tenido problemas con el alquiler para estudiantes, «poca cosa más que algún vecino se haya molestado por algún ruido, pero puntualmente porque siempre se deja claro que hay que mantener ciertas normas para la convivencia con el resto de propietarios». En todo caso, observa, «nunca se sabe si te va a tocar; todo va por contrato, así que si se rompe algo por uso ya sé que me toca a mí pagarlo, pero si es un desperfecto, a la otra parte. Pero nunca he tenido problemas en ese sentido y por impago tampoco».