Quizás la pregunta es arriesgada, algo pretenciosa y, sin duda, motivada por el partido del pasado martes ante el Celtic, pero un aficionado del Atlético se cuestionaba: «¿Y si Griezmann es, hoy por hoy, el mejor jugador del mundo?». Cada argumento esgrimido por los defensores de esta teoría es perfectamente válido. Y puedes hablarles de Mbappé, pero dirán «no cubre tanto campo como él»; o de Haaland, pero «defiende 10 veces más»; o de cualquier mediapunta de postín, pero «tiene más gol». Desde hace años, Francia utilizaba a las grandes figuras como reclamos para que el rival se olvidase de Antoine Griezmann, un ciclón silencioso, el tipo con libertad total para evitar un pase de la muerte en su propia área, sacar un contragolpe desde el lateral izquierdo, cubrir el espacio del mediocentro, botar un córner desde el perfil derecho, marcar un gol de media chilena, colar un pase al hueco entre centrales, asistir desde larga distancia… y todo en el mismo duelo o, quizás, en cinco minutos.
¡brasil! Europa es el diván del Real Madrid desde que el fútbol es fútbol. Se tumba en él, suena la música de la Champions y todo lo que era negativo o susceptible de serlo se evapora como un mal sueño en mitad de una noche tórrida de verano. Si se lesiona Kepa, Lunin para un penalti; si Rodrygo está hecho unos zorros, asiste en el primero, origina el segundo y marca el tercero con un toque exquisito; si Vinícius no se encuentra por el nuevo sistema, llegará ese día mágico en que verá los espacios que se le niegan casi desde agosto. Que la conexión brasileña funcione es la clave para que no todo dependa de Bellingham: el inglés dejará de marcar algún día…
Un gran elenco
Las 'bolitas' dibujaron una combinación atroz bajo la letra F: PSG, Milan, Dortmund y Newcastle encerrados en el mismo grupo. De alguna forma, el 'F' es un bote de esencia concentrada de la Copa de Europa de toda la vida, donde no había cabezas de serie ni inventos 'sacaperras' que alargan la competición para que la UEFA se llene los bolsillos. Partidos de tensión sobresaliente donde cualquiera puede ganar a cualquiera: lideran los alemanes, pero pueden quedar últimos. Nadie está clasificado. Nadie está eliminado. Una gozada.
podría ser peor. El Barça, de fútbol desastrado y resultado infame (un tiro a puerta en todo el choque), siempre podrá decir lo de «podría ser peor: podríamos ser el United». Lo que están viviendo los 'red devils', octavos en la Premier, lo hubiera escrito su peor enemigo: lesiones, indisciplinas, crisis internas inagotables, el fútbol que no llega… y un encuentro en Copenhague como «mejor episodio de la campaña». De ganar 0-2 y 2-3 a perder en los últimos 10 minutos. Otro proyecto con pinta de fracaso. Y van demasiados para uno de los clubes más ricos/derrochadores del mundo.
Dinero
En Dortmund, amantes del viejo fútbol, cayeron al césped falsos lingotes de oro protestando contra los 'nuevos ricos' como el Newcastle, comprado por Arabia Saudí, y su forma de llegar a la primera línea que tanto cuesta a otros; en Milán, amantes del viejo fútbol, tiraron falsos billetes a su exportero, bautizado como 'Dollarumma', protestando por su salida rumbo al oro de París. El balompié ha cambiado, pero no está mal que los amantes de lo vetusto reclamen su trocito de verdad.