Su trayectoria académica como becario durante un año de Relaciones Internacionales en el Campus Duques de Soria de la Universidad de Valladolid (UVa) y su labor con los estudiantes Erasmus que llegan a la ciudad, así como su atracción por la economía aplicada y el márketing, fueron determinantes a la hora de que Adrián Gil, graduado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) y Relaciones Laborales eligiera el tema de su Trabajo de Fin de Grado (TFG): 'Análisis de las exportaciones del tejido empresarial en la provincia de Soria'. Aclara que aún le queda el último paso, defender este TGF. «Quería combinar lo que es venta e internacionalización, y concretándolo en Soria para poder hacer ese trabajo de campo yendo a las empresas», cuenta.
Para ello, el autor del trabajo contactó con 15 de las sociedades más representativas de Soria, en cuya facturación las exportaciones tienen un peso notable. Destacan las firmas dedicadas a la fabricación de componentes de la automóvil, así como aquellas vinculadas a los sectores agroalimentario, farmacéutico, celulosa y logístico que tienen su sede en territorio provincial.
El volumen anual de las exportaciones supera los 565 millones de euros y el saldo de la balanza comercial refleja un superávit, teniendo en cuenta que las importaciones ascienden a 407 millones de euros. «No es Soria la que menos exporta de Castilla y León. Algunos años, Segovia, Zamora o Ávila registran cifras menores», aclara.
Proyección. Para Adrián Gil el potencial exportador de las empresas sorianas es evidente. Pone como ejemplo la expansión del Torrezno de Soria. «En unos diez años ha crecido en el mercado nacional de toda España. Cuando toque techo aquí, dará el salto al exterior. En México y en países de Latinoamérica se consume algo muy parecido que es el chicharrón. Allí se pueden vender las bandejas de producto precocinado», sostiene.
En el mismo sentido, se refiere a otros productos con proyección en el extranjero como los vinos sorianos, que inician sus primeras incursiones en el extranjero.
«Estados Unidos es un mercado que interesa, pero son muy exigentes con la alimentación y con los criterios de homologación, con la trazabilidad de los productos», asume. Por ello, Gil pone de relieve en el TGF que las barreras a la exportación son, principalmente, económicas, en concreto los aranceles en aquellos países que no forman parte de la Unión Europea; la distancia; y la logística.
Las empresas sorianas venden su producción, principalmente, a Alemania, Francia, Bélgica, Italia, Portugal, Eslovenia, Polonia, Países Bajos, República Checa y Rumanía. Estos destinos ponen de manifiesto que el continente europeo es el principal comprador.
Análisis DAFO. El graduado en ADE y Relaciones Laborales contempla en el TFG un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) del comercio exterior de las empresas sorianas objeto del estudio de campo. Entre los puntos débiles, Gil señala que, por la información recabada de la quincena de empresas que operan en la provincia, la mayoría hace hincapié en las dificultades que encuentran a la hora de cubrir puestos con personal cualificado.
Asimismo, otro de los inconvenientes son las carencias en materia de infraestructuras que arrastra históricamente Soria. Gil expone que casi la única forma posible es el transporte por carretera, ya que no es posible por ferrocarril y los puertos y aeropuertos más cercanos obligan a un traslado previo en camiones. «DHL, por ejemplo, sí se utiliza en el caso de la trufa, pero lógicamente es a través de Adolfo Suárez Madrid-Barajas», apunta.
Entre las amenazas al desarrollo del comercio exterior soriano subraya el envejecimiento de la población soriana y la pérdida de activos jóvenes que buscan su futuro profesional fuera la provincia. «En unos años, la fuerza laboral será menor», advierte.
Además, Adrián Gil repara en la «competencia feroz» que impera en el ámbito de las ventas al exterior, que sobresale en el caso del sector agroalimentario, ya que las tres fábricas de componentes del automóvil incluidas en el TFG tienen sus compradores fijos en las marcas de vehículos para las que producen las piezas.
En positivo. Por otro lado, en lo que se refiere a los aspectos positivos, el autor del TFG pone de relieve las fortalezas de la provincia, entre las que significa la tasa de paro (4,15%, según la última Encuesta de Población Activa) y la baja rotación del personal en las empresas. También considera que la «elevada experiencia» de las empresas estudiadas supone otro aval para el desarrollo de sus respectivos departamentos de comercio exterior. En cuanto a las oportunidades que puede aprovechar el tejido empresarial soriano en el mercado extranjero, precisamente, reseña la «situación estratégica» de la provincia de Soria, que beneficia particularmente a las firmas de componentes (Fico Mirrors, SumiriKo o Huf España) que distribuyen su producción a las fábricas de coche ubicadas en Valladolid, Navarra o Zaragoza.
Conclusiones. En resumen, Adrián Gil sintetiza en sus conclusiones tras analizar las exportaciones de las empresas sorianas que el potencial «está ahí» y cuenta con el aval del superávit de la balanza comercial, así como con la experiencia de décadas de las empresas con mayor facturación en la provincia.
Además, abunda en otros puntos a favor como la puesta en marcha de las ayudas al funcionamiento que, aunque ahora son «testimoniales», a medio plazo representan una «ventaja».
Igualmente, el autor del trabajo de campo valora la participación de estas empresas en las ferias internacionales más relevantes, así como la ventana al exterior a través del despliegue de sus páginas web y de acciones de márketing dirigidas a una posicionamiento en el escaparate internacional de los productos fabricados en la provincia de Soria.