Pese a la oposición del guardameta Antonio Sivera, que firmó un partido soberbio con tres intervenciones de nivel, el Getafe sumó su primera victoria de la temporada tras superar 2-0 al Alavés con los goles a balón parado del uruguayo Mauro Arambarri y Luis Milla.
Sivera fue la única noticia potable del Alavés, superado por la garra del Getafe en un duelo marcado por la ingente cantidad de faltas (37, récord de LaLiga esta temporada) y por las paradas de un portero magnífico que firmó la que será una de las paradas de LaLiga a un disparo tremendo de Diego Rico que salvó con una mano imposible. Y no fue la única, porque Christantus Uche, en un mano a mano, y Carles Pérez y Álvaro Rodríguez también se dieron de bruces con un candidato a ser convocado por Luis de la Fuente en un futuro.
Pero Sivera no pudo salvar su equipo, que aterrizó en el Coliseum con ganas de pescar en aguas revueltas. El Getafe, sin victorias después de siete intentos y con una racha de doce jornadas sin ganar incluidas las últimas cinco del curso pasado, parecía muy debilitado y con pocos argumentos ofensivos para superar a uno de los equipos de moda este curso.
Mientras que los hombres de Luis García Plaza gozaban de una estabilidad envidiable, los de José Bordalás vivían en un naufragio constante por su poca fiabilidad arriba. Aún potente defensivamente, el conjunto azulón es un equipo muy incapaz de concretar sus múltiples ocasiones. Es de los equipos que más dispara de LaLiga, pero también el que menos goles lleva.
Sólo tres lucían en su casillero antes del inicio del choque, para el que Bordalás preparó tres cambios para intentar dar más contundencia a su equipo. Introdujo al delantero turco Bertug Yildirim para buscar pegada, a Mauro Arambarri para dar consistencia en el centro del campo y a Diego Rico para conseguir profundidad por banda.
Luis García, con más fondo de armario y con la serenidad de su posición en la tabla, se permitió el lujo de hacer una rotación masiva. Respecto al choque ante el Real Madrid, sólo se mantuvieron cuatro jugadores en el once: Antonio Sivera, Moussa Diarra, Abdel Abqar y Carlos Protesoni (Benavidez).
Buscó un equipo para ir al choque con más juego directo y en la búsqueda de segundas jugadas. Justo a lo que juega el Getafe, que se ha acostumbrado a que todos los equipos que pasan por el Coliseum cambien su modo de jugar para bajar al barro.
En este caso, no le salió bien la jugada al Alavés. El Getafe, más hecho a esa idea, fue poco a poco dando pasos hacia delante hasta hacerse casi por completo dueño y señor de una primera parte plagada de faltas (22 en la primera parte, 14 del cuadro vitoriano) e interrupciones.
Y aunque las ocasiones fueron muy justitas, fueron suficientes para el Getafe, que antes del descanso se marchó por delante en el marcador gracias a un tanto de Arambarri en el minuto 42. El medio charrúa, de falta, y con la participación de Protesoni, que desde la barrera desvió la pelota con su cabeza, adelantó a su equipo con justicia.
Y es que no mucho antes, Antonio Sivera salvó al Alavés con un pie determinante, el derecho, con el que sacó un mano a mano a Christantus Uche, un centrocampista con un despliegue impresionante pero con carencias para ejercer como delantero centro. Bordalás, mientras espera la puesta a punto de Borja Mayoral, no tiene más remedio que colocar al nigeriano arriba, menos fino en el arte del gol que en el de la construcción y la destrucción.
Precisamente, fue Uche quien protagonizó el único lance peligroso del Alavés en el tiempo añadido del primer acto. Después de un disparo de Joan Jordán que salvó David Soria, la pelota tocó su mano dentro del área tras rebotar en Arambarri. El árbitro no dudó en pitar penalti, pero el VAR actuó y rectificó.
En la segunda parte también llamó a Isidro Díaz de Mera para revisar otra mano, en esta ocasión de Carlos Vicente a un remate de Omar Alderete. En esta ocasión, tomó la decisión contraria y sí pito penalti. Luis Milla no falló y el VAR decidió la balanza. Del posible empate del Alavés, se pasó al 2-0 cuando quedaba media hora para el final.
Jugar ante el Getafe con esa desventaja es un mundo. El equipo de Bordalás olía su primera victoria y no bajó su intensidad. No quería más sorpresas, necesitaba los tres puntos y se empleó a fondo en los duelos y en las anticipaciones para caminar poco a poco hacia final.
En ese recorrido, Sivera dejó el paradón de la jornada, una mano imposible a un misil de Diego Rico, y después ejó otras dos intervenciones ante Carles Pérez y Álvaro Rodríguez que precedieron a un final que alivió al Getafe tras sumar su primera victoria de la temporada. Con sudor, esfuerzo, a balón parado y pese a las grandes intervenciones de Sivera, el equipo de Bordalás por fin sacó una sonrisa.