El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha pedido abiertamente este domingo al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, la retirada de las posiciones de la fuerza de paz de la ONU en la frontera de Líbano, la FINUL, cuyos integrantes se han convertido, a su entender, en "escudos humanos" para las milicias de Hezbolá que, además, ponen en peligro a los militares israelíes que operan en el país.
"Es hora de retirar a la FINUL de los bastiones de Hezbolá y de las zonas de combate", ha hecho saber Netanyahu en una declaración oficial dirigida al secretario general de la ONU tras una semana enormemente tensa en la que al menos cinco 'cascos azules' han resultado heridos en incidentes que Naciones Unidas ha atribuido al Ejército de Israel en su operación contra Hezbolá.
El pasado jueves, la FINUL anunció que dos de sus efectivos resultaron heridos por el impacto de un proyectil israelí sobre sus instalaciones en Naqoura, donde se encuentra el cuartel general, después de que en las últimas horas las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) alcanzaran varias posiciones de este contingente internacional.
Al día siguiente, otro ataque de Israel causó heridas a otros dos pacificadores y un tercero acabó alcanzado por la noche por un disparo de procedencia desconocida. Sobre el primer suceso, el Ejército israelí admitió "haber abierto fuego en la zona" antes de asegurar que había puesto en marcha una investigación al respecto e insistir otra vez a la FINUL que se retirara de sus posiciones, algo a lo que la fuerza de la ONU se ha negado categóricamente mientras buena parte de la comunidad internacional, comenzando por aliados como Estados Unidos, ha pedido a Israel que deje de poner deliberadamente en peligro a los 'cascos azules'.
De hecho, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Irlanda, que cuenta con unos 340 efectivos en servicio en la FINUL, ha llegado a afirmar que uno de los ataques del viernes, efectuado contra una torre de observación, tuvo carácter intencional. "Una torre de observación con un proyectil de un tanque directamente en ella, que es un objetivo muy pequeño, tiene que ser muy deliberada y es un fuego directo. Por lo tanto, desde una perspectiva militar, no es un acto accidental. Es un acto directo", declaró el teniente general Sean Clancy a la cadena de televisión RTÉ.
Por ello, el primer ministro israelí lamenta las "constantes negativas" de la FINUL que, en su opinión, "van enteramente destinadas a proporcionar escudos humanos a los terroristas de Hezbolá". "Su negativa a retirar a las fuerzas de la FINUL convierte a sus integrantes en rehenes de Hezbolá y pone también en peligro las vidas de nuestros soldados", ha remachado Netanyahu en la declaración.
En su discurso, Netanyahu ha expresado su pesar por las víctimas en el contingente pero ha indicado que la mejor forma de evitar esta clase de incidentes es una retirada. "Lamentamos las heridas sufridas por los soldados de la FINUL y estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para evitarlas", ha añadido Netanyahu antes de indicar que "la forma más sencilla de evitarlo consiste en sacar a los militares de la zona de peligro".
"Señor secretario general, retire las fuerzas de la FINUL de estas zonas. Hágalo ahora mismo, de inmediato", culmina en este sentido.
Críticas a las presiones internacionales
Además, Netanyahu ha aprovechado para criticar a "algunos líderes europeos" por denunciar los incidentes de esta última semana porque "están haciendo presión sobre la parte equivocada" al exigir contención a Israel.
"En lugar de criticar a Israel, lo que deberían hacer es dirigir sus críticas a Hezbolá, que está empleando", insistió una vez más, "a la FINUL como escudos humanos", como a su entender también lo hace en Gaza el movimiento islamista palestino Hamás con la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) que, además, "coopera de manera voluntaria con ello".
Aunque Netanyahu no ha mencionado específicamente a estos líderes europeos, cabe recordar que el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, condenó el ataque israelí y denunció que "se ha cruzado peligrosamente otra línea en Líbano: bombardeos de las Fuerzas de Defensa de Israel contra la ONU, cuyas posiciones son conocidas".