El politburó actuó con rapidez. A la húngara, solía decirse. Me refiero al politburó central. Porque el territorial quiso dar un salto y cayó al barranco. No se atrevieron, ni Tudanca ni los que votaron en su línea a mantenerse firmes, si es que, realmente, estaban tan seguros y convencidos de su planteamiento, claro. Como el lector sabe, fue aplastante la mayoría en el cónclave socialista castellanoleonés pero en Madrid lo ignoraron y algo más. Entonces, visto lo visto, le salió la frase ordinaria del vencido al secretario general del PSCyL: «Acato, aunque no comparta, la decisión de Ferraz». Porque conoce bien el sistema digestivo del partido y porque ha percibido más de una vez la mano del jefe Pedro (lo curioso es que esto sucedía cuando 'The Economist' le regalaba algún sustancial adjetivo, que no debió sentarle nada bien). Es lo que tiene la maquinaria de los partidos, exhiban los apellidos que exhiban, prediquen el catecismo al uso que prediquen. La clave es el engranaje, el instrumento, el poder. En eso coinciden todos. ¿No lo sabía Tudanca, después de una década de barón, como los llaman ahora? ¿Calculó mal y le salió peor? Resultado: el retado, vencedor.
Pronto, en medio de esta guerrilla relámpago, lanzó su dardo otro agente, entre tantos que lo hicieron en pleno barullo. Sus palabras no fueron improvisadas sino un aviso a navegantes: «Es el momento de hablar del Partido Socialista; tiempo habrá de hablar de los partidos socialistas y de las federaciones a nivel territorial». Primero, la sustancia. Luego, lo accesorio. Bolaños lo dejaba claro y advertía, como ministro de lo que es (Presidencia y Justicia). Analicen los conceptos.
Frente a frente, se disparó otra voz, llamada Andrea Fernández, que representa a León y fue miembro de la Ejecutiva Federal de Sánchez. Ella cargaba a través de los medios instantáneos de la tecnología y lo dejó claro: «Todo mi apoyo (a Tudanca). Es inadmisible que la interpretación de una norma varíe según convenga. Es inadmisible que se use para imponer relato lo que en otras instancias se califica como 'máquinas del fango'. No queremos un PSOE al servicio de la cosa nostra castellano y leonesa». En Ferraz no gustó nada ese constructo semántico, por supuesto. La llamada Comisión de Ética (nombrecito heredero de instituciones ínclitas del pasado) tomó la decisión. Adiós primarias del partido socialista en Castilla y León. Adiós a Luis Tudanca. Adiós a ciertas formas de proceder por parte de todos, incluido él. Ahora empieza el interrogante futurista de Martínez Mínguez, que, de entrada, según un periódico vallisoletano, dijo algo casi críptico: «No se cuál es la polémica suscitada en el Comité Autonómico de Valladolid». Claro... porque, al parecer, no acudió a la ceremonia del tal Comité. Estrategia. Táctica. Pericia. La convocatoria del Congreso Autonómico del PSCyL queda anulada. Punto. A pesar de que otra voz femenina, la de Ana Sánchez, diga que eso es un despropósito u otras discrepancias con Ferraz, como la del alcalde leonés, que conoce bien a Cendón y a Cerdán. En la línea de estos dos, Rey, desde Soria, llama a «acatar lo establecido». José Martí, el gran poeta cubano de finales del siglo XIX, sostenía: «En política lo real es lo que no se ve».