Nadie ha regateado más en la Eurocopa que Jérémy Doku y Ousmane Dembélé, rivales hoy en Dusseldorf en octavos en el Francia-Bélgica y aún por debajo del impacto esperado, enfrentados en una carrera vertiginosa, sin margen, frente a su intrascendencia hasta ahora en el torneo.
Ni siquiera los 22 'dribling' de cada uno de ellos alcanzan las expectativas de ambos. Ni tampoco los proponen realmente entre los mejores extremos o regateadores del campeonato, porque después ni han asistido en ningún gol ni lo han marcado ellos, en contraste con Kvicha Kvaratskhelia, 21 regates y una diana, o Yamal Musiala, con 19 desbordes y dos tantos.
Influenciados o no, como parte del todo, tampoco ha sido la mejor versión de sus equipos, que han transitado por la primera fase de la competición entre las dudas de su fútbol y sus marcadores, relegadas las dos a la segunda posición de sus respectivos grupos. La primera era la única plaza asumible para ambos. Y los mide ahora, con el choque entre sus dos extremos como un aspecto clave. Las oportunidades dependen de ellos.
En la ineficacia ofensiva de Francia, con apenas dos tantos en tres partidos en la primera fase, el conjunto galo necesita más de Dembélé, clave para la producción que requiere su equipo, tal y como admiten sus compañeros. «Es muy importante para nosotros porque genera muchas de nuestras ocasiones», expresó Aurelien Tchouaméni sobre el del PSG, que, de momento, no es tan incisivo como acostumbra, por más que en este torneo le hayan salido con éxito el 76,19 por ciento de los regates, con una media de 8,07 intentos por duelo, por debajo de su club en este curso: 10,25 por encuentro.
Entre sus altibajos, con un pico de velocidad en la Eurocopa de 33,9 kilómetros por hora, se ha movido en el campeonato, titular indiscutible para Didier Deschamps en cada uno de los tres partidos. Es el único que se ha mantenido intocable en el ataque. Ni Marcus Thuram ni Antoine Griezmann ni Kylian Mbappé, aunque este por lesión, se han librado de la suplencia.
Sin brillo
Enfrente, Doku, uno de los niños 'mimados' de Guardiola en el City, tampoco funciona. Elogiado hasta la saciedad por el español en su primer año en la Premier, con Bélgica, después de la fase de grupos, no ha conseguido ser tan relevante. Su insistencia por la izquierda no ha tenido premio y ha sido devorado por la fama de otros extremos a la que él mismo aspiraba.
Como Dembélé, de momento está fuera del terna de los candidatos a convertirse en el mejor driblador. Doku, eso sí, no tiene miedo al fracaso y no se esconde. Lo ha intentado todo y sus cifras avalan su cabezonería: es el jugador de toda la Eurocopa que más regates intenta por delante de Conceiçao y Leao. La realidad es que al extremo se le torció el torneo en su puesta en escena ante Eslovaquia, pero hoy desea cambiar esas sensaciones y batiando a un 'rival directo' como Dembélé.