A Kevin Keegan, uno de los jugadores más importantes de la historia del fútbol británico, le tocó vivir una de las peores etapas de la historia de la selección inglesa: mientras los clubes del país reinaban en la Copa de Europa a mediados de la década de los 70 (seis títulos), los 'pross' se quedaron fuera de tres fases finales consecutivas (Mundiales de 1974 y 1978 y Eurocopa de 1976).
El británico, dos veces Balón de Oro (1978 y 1979) y una de Plata (1977), fue una pieza clave del inicio de una de las épocas doradas del Liverpool, que entre 1976 y 1984 ganó cuatro títulos continentales.
Sin embargo, el talentoso jugador apenas pudo disfrutar de dos grandes competiciones con su selección: la Eurocopa de Italia 1980 y el Mundial de España 1982.
Cuando Inglaterra consiguió un billete para la fase final del torneo celebrado en suelo transalpino, se celebró a lo grande tras una larga ausencia de ocho años en los torneos internacionales.
Keegan era la principal figura de los 'three lions', que arrasaron en la fase de clasificación. Inglaterra tenía mucho que decir en la Eurocopa, pero fracasó. En el grupo B, junto a Bélgica, Italia y España, no dio la talla. Quedó tercera tras empatar 1-1 con los primeros en un duelo marcado por los 'hooligans' en la grada; después, perdió 0-1 con los segundos y ganó 1-2 a la selección española.
La calidad del inglés solo asomó ante Italia, pero chocó contra Dino Zoff y la madera de la portería del combinado transalpino. Al final, pasó bastante desapercibido en casi toda la Eurocopa. Algún destello y poco más. Y es que, Keegan, en su único torneo continental, fue víctima de la peor época de Inglaterra, justo cuando los clubes británicos celebraron sus mayores éxitos.