Rosalba Fonteriz García es la delegada del rector de la Universidad de Valladolid (UVa) para la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) en los cuatro campus: Valladolid, Segovia, Palencia y Soria, con casi 2.000 personas en la comunidad. Se muestra satisfecha por los avances en igualdad, porque con la creación del área de RSU se han unificado acciones y «hay más cooperación», pero apuesta por que haya más catedráticas y profesoras titulares para eliminar la brecha de género.
¿Qué función desempeña el área social que dirige en la UVa?
Hoy en día todas las universidades, en su desarrollo, no solo tienen los tres objetivos de formación, investigación y transformación, sino que un cuarto es la responsabilidad social, como el impacto de la propia UVa en su comunidad y en la comunidad en la que se engloba. El concepto se desarrolló inicialmente con la industria y el comercio a raíz de los problemas en los años 80-90, cuando se generó un sentimiento de ser socialmente responsables. El movimiento que se inició con las grandes corporaciones se ha extendido a todos los ámbitos y en la universidad ha calado mucho.
En la UVa el área se puso en marcha en el año 2000 y en ella se ha englobado todo lo que tiene que ver con las secciones de igualdad, de la que en breve se desglosará la de diversidad; de atención a la discapacidad y a las necesidades educativas; de cooperación internacional al desarrollo; de voluntariado social; de salud mental; y de ayudas sociales. Además, tenemos otras competencias en colaboración con otros vicerrectorados -Estudiantes y Transformación digital- como el programa de mentorías para favorecer que en cada centro haya un grupo de alumnos de tercero o cuarto curso que ayuden y orienten a los de primero, en la integración académica y social. También trabajamos con ApS (Aprendizaje y Servicio) para analizar problemas sociales y proponer proyectos para que los alumnos aprendan realizando un servicio a la sociedad. Este año hemos convocado ayudas con colectivos de personas migrantes o refugiadas en situación de desprotección o riesgo de exclusión social. Otro área es prevención de adicciones.
¿Qué acciones destacaría dentro de esta sección en el campus de Soria?
En Soria tenemos proyectos de cooperación técnica de profesorado y alumnos del campus en El Salvador. Hay un grupo muy fuerte y potente de cooperación integrado por profesorado y personal, al frente de Licia Sanz y Raúl Manjón, que colabora con la entidad Tierra Sin Males. Siempre se presentan a las convocatorias e, insisto, trabajan muy bien. Además, contamos con ellos para los cursos que impartimos desde el área, porque una de las acciones es la formación en cooperación y las becas Pacid para estancias de hasta nueve semanas en proyectos de cooperación internacional. Éstas se convocan a principios de año y si hubiera más solicitudes y menos fondos, se prorratearían por campus, como hacemos siempre porque hay que repartir entre los cuatro campus. En estas ayudas no hay estudiantes de Soria ahora pero sí que hay una becaria en cooperación técnica. En el área de RSU sacamos varios proyectos simultáneamente en las ayudas del fondo de cooperación internacional y desarrollo. Por otro lado, en mentorías no hay estudiantes de este campus que hayan optado, pero la convocatoria saldrá en primavera y lo tendrá que solicitar el propio centro para que funcione en septiembre. Los profesores se forman para ello también.
A nivel social, se colabora con numerosas instituciones y asociaciones...
Sí, el curso pasado, además de los convenios institucionales como los ayuntamientos, se colaboró con Aspace, Cruz Roja, Fadiso, Asovica, ONCE, Parkinson Soria, Antígona y Asociación Autismo. Tenemos una lista muy larga de entidades y las hemos buscado en cada uno de los campus porque ahora en la UVa está muy bien organizada la oficina de gestión del voluntariado. Colaboramos con todo el mundo que quiere hacerlo, con el requisito de enviar un proyecto de voluntariado social explicando en qué consiste. Nosotros impartimos la formación al alumnado -reconociendo créditos de libre configuración- y profesorado y organizamos la feria del voluntariado en los campus. Y tenemos un proyecto de voluntariado con la residencia de Los Royales para compartir tiempo con mayores (juegos, lectura...), a través del convenio marco con la Junta de Castilla yLeón.
El área de salud mental cuenta desde este curso con un servicio de psicología propio en vez de estar externalizado. ¿Cómo está funcionando?
Sí, ha supuesto un esfuerzo de tres años defendiendo un servicio propio. Surgió porque realmente nuestro alumnado es lógico que necesite atención psicólogica, por el propio proceso de entrar en la universidad que para muchos implica un cambio de ciudad y dejar a su familia por la que se sienten arropados, se encuentran en un ambiente nuevo, algunos llegan de pueblos de 500 habitantes o menos y se encuentran en una ciudad grande... Eso genera estrés y genera ansiedad. El alumnado, realmente, lo solicitaba. Al no tener facultad de psicología, lo que nos hubiera ayudado mucho, no contábamos con servicio y pedimos externalizar con clínicas en cada uno de los cuatro campus. Ha funcionado muy bien y estoy muy agradecida a todos los profesionales que se han involucrado con la comunidad universitaria, no solo estudiantes, aunque son los que más usan el servicio (90%). Pero mi lucha siempre ha sido que tenían que ser un servicio propio de la UVa y, al final, se negoció conseguir la plaza en la RPT y se hizo un concurso para sacar una bolsa. Ya tenemos una psicóloga sanitaria, Carolina Puertas, y estamos satisfechos porque supone que vamos a cubrir las necesidades de la comunidad porque nos ajustaremos a la demanda.
Y, a través de este servicio, ¿a cuántas personas se ha atendido en Soria?
En el campus de Soria el curso pasado se atendieron 43 consultas (554 en la UVa) de 54 personas (44 mujeres y 10 hombres), de los que 50 son alumnos, 1 PTGAS (personal técnico, de gestión y administración) y 3 PDI (personal docente e investigador). La percepción de los usuarios es que se ha resuelto la consulta planteada, en la mayoría de los casos con reencuadre y contención de la ansiedad para brindar alivio emocional inmediato, facilitar la adaptación y prevenir el empeoramiento de la crisis emocional que genera la consulta. Las consultas las atiende la psicóloga pero este trimestre se han mantenido los servicios externalizados para mantener el proceso de las personas que tuvieran consultas pendientes, ya que se ofrecen tres por usuario.
También se trabaja en la prevención de adicciones, ¿qué iniciativas se ponen en marcha?
Desde este área se han realizado cursos online de prevención no solo del consumo de alcohol y sustancias adictivas como el cannabis, que es muy alto en estudiantes, sino también de las nuevas tecnologías y dispositivos móviles. Este curso sobre el uso de redes y del móvil es estupendo porque no somos conscientes de la gravedad de la dependencia de estos dispositivos. Es una realidad.
Otra de las grandes áreas es la atención de la discapacidad y a las necesidades educativas específicas...
En discapacidad la mayoría son estudiantes que requieren adaptaciones y conciertan una cita con el técnico de asuntos sociales, Rafael de la Puente, para ofrecerles todas las facilidades si tienen problemas de visión, audición, movilidad... porque nuestro objetivo en la UVa es la inclusión total. En necesidades específicas hay personas con TDH, distintos niveles en el espectro autista, personas superdotadas... Además de esto, se hacen cursos de sensibilización, como la adaptación de los materiales, por ejemplo de diapositivas para personas daltónicas. En cuanto a los datos de Soria, hay 40 alumnos y un profesor colaborador. En este área hay ayudas económicas para estudiantes con grandes necesidades, que no han tenido la beca MECo casos especiales en los que no pueden hacer frente a los gastos universitarios. Es una forma de favorecer que ningún estudiante se quede fuera por no disponer de medios económicos.
Dentro del área de igualdad, en la Facultad de Enfermería se realizó una actividad de atención a la violencia sexual. ¿Qué otros programas hay?
Desde la Unidad de Igualdad tenemos una actividad muy intensa y es una de las áreas que más hemos impulsado. Va desde cursos de formación en igualdad hasta cursos de prevención y detección de violencia de género, que es muy importante, para estudiantes y trabajadores. Lo que intentamos es favorecer que cada centro tenga sus actividades, como la de atención a la violencia sexual y distintas actividades con motivo del 25N en Soria.Es un hecho que convivimos con la violencia de género y tenemos casos, pero hay pocas denuncias porque en la universidad no se reflejan las estadísticas generales. Estamos ahora muy encima de ello y hemos elaborado un nuevo protocolo más amplio frente al asoso sexual y laboral que ha estado en exposición pública y queremos aprobar en el consejo de gobierno de enero. Se ven todas las formas de acoso posibles y que hay que detectar y de las que somos conscientes porque vemos, por ejemplo, casos de que una chica le facilita las claves de su móvil a su novio. Son actitudes machistas que están a la orden del día y nos preocupa ver una involución en cosas que creíamos superadas. Hemos consumido prácticamente un cuarto del siglo XXIy hay cosas en las que no se ha avanzado, hay que estar muy atento para no perder derechos y eliminar la violencia de género de nuestras vidas, en el entorno familiar, social, universitario... Lo fundamental es la prevención y la detección y, si no se puede, actuar para que no tenga consecuencias. El curso pasado hubo un posible caso en estudiantes y tres en personal.
¿Cómo cree que se avanza en este ámbito en la UVa?
En igualdad se ha avanzado mucho y se han unificado las acciones y fortalecido la cooperación con la creación del área de RSU, pero apostamos por que haya más mujeres catedráticas y profesoras titulares para eliminar la brecha de género vertical. En PTGAS el 75% son mujeres, por el contrario. De ahí se genera una brecha salarial. Hay que trabajar en ello.
En cuanto al programa de 'Alojamientos compartidos', ¿cómo funciona? ¿Qué importancia tienen las experiencias intergeneracionales?
Este programa en Soria no tiene solicitudes de personas mayores desde hace tiempo. Nosotros tenemos estudiantes que lo solicitan pero no hay personas mayores que quieran compartir alojamiento con un estudiante, nos resulta muy difícil en los campus que no son el de Valladolid, por ser más grandes y haber más posibilidades. Además, las personas mayores suelen querer más chicas en vez de chicos, lo que lo hace mucho más complejo en determinadas situaciones. Pero es algo por lo que apostamos decididamente porque creemos que la intergeneracionalidad es positiva para las personas mayores, que no están aisladas ni sufren esa soledad no deseada, que a veces sufren también las personas jóvenes, y tienen una persona joven a su lado que les ofrece otra visión del mundo. Para los jóvenes es buenísimo porque tienen una persona mayor de la que pueden aprender y discutir temas, además de una sensación de arraigo que no encuentran en un piso de estudiantes. Igualmente, a nivel económico es muy beneficioso para ellos porque se comparten los gastos pero no tienen que pagar una renta, lo que viene bien según están las cosas ahora. Realmente, nos encantaría disponer de 50 personas que estuvieran dispuestas a participar en este programa en Soria, aunque es muy difícil. En el campus de Soria se han desarrollado el curso pasado 13 actividades de intercambio generacional, con la participación de 254 mayores y 366 estudiantes. Hay mucha implicación en las distintas acciones, que son muy variadas, como teatro y TIC.