El 11 de mayo de 2021 y en una operación cocinada a fuego rápido, Aymeric Laporte obtenía la nacionalidad española. Detrás de un simple papel se escribía una historia de encuentros y desencuentros. Hasta el mismísimo 10 de mayo podía vestir la zamarra de 'Les Bleus'… desde el 11, con Luis Enrique loco por hacerle debutar, ya era un español más: se estrenó con la Roja el 6 de junio, en un amistoso ante Portugal (0-0) jugado en el Metropolitano.
«Creo que no me llama por motivos personales». Esas fueron las palabras de Laporte en 2018, cuando aún militaba en el Athletic Club. Se refería a Didier Deschamps, seleccionador galo desde 2012, que nunca le hizo debutar en competición oficial: en 2016 fue convocado para dos partidos (Bulgaria y Países Bajos) de clasificación para el Mundial de 2018, e incluso el 28 de marzo de 2017 vistió de azul en un amistoso ante España (0-2, goles de Silva y Deulofeu) en el que Koscielny y Umtiti fueron los centrales titulares… y Laporte ni siquiera saltó al césped. Aún hubo un acercamiento posterior entre ambos en 2019, ya con el jugador vistiendo el azul celeste del Manchester City, que había pagado 65 millones de euros a los 'leones', pero estaba lesionado.
El técnico francés, en su planificación de éxito (dos finales mundialistas consecutivas en 2018 y 2022) tenía otros planes para el eje de la defensa. Músculo sobre talento. Físico sobre salida de balón. Tenía a Koscielny, Varane, Umtiti, Kimpembe, Rami o Zouma y en el horizonte asomaban Koundé, Upamecano, Konate, Disasi… ahora Saliba, Simakan, Fofana o Badiashile. Zagueros con unas condiciones asombrosas que asentaban exactamente lo que buscaba: encajar poco y ganar aún a costa del espectáculo.
En forma
Como aquello funcionó, el nombre de Laporte pasó a ser una nebulosa en el recuerdo de la afición gala… hasta el pasado martes. Ya se había producido un 'tête a tête' entre el central de Agen y su exselección en la final de la Liga de Naciones de 2021, pero el triunfo francés ahogó cualquier polémica.
Sin embargo, en la Eurocopa se tomó sobrada revancha: mientras Lamine Yamal y Olmo hacían 'magia' en ataque, el central del Al-Nassr impartía una 'masterclass' sobre cómo cerrar espacios, liderar una zaga ante uno de los mejores ataques del mundo, superar líneas de presión subiendo él mismo la pelota, distribuir con eficacia, mantener la calma cuando Francia tuvo que ir hacia arriba, etcétera. Después de Rodri, Laporte es el jugador con más pases (373 buenos de 399 intentados), el que más balones recupera (32) de la selección… y todo ello con apenas dos faltas cometidas en 435 minutos disputados.
Antes del debut de España, la 'crítica' y el público dudaban de un jugador de 30 años de la Liga saudí. Además, que no debutase por culpa de unas molestias físicas avivó las sospechas de que su convocatoria había sido un error. Hoy, en la antesala de la gran final, nadie duda. Con una 'vendetta' ejecutada ante Francia, Aymeric Laporte apunta a mejor central de la Eurocopa.