En todos los territorios existen cosas de las que enorgullecerse y otras de la que avergonzarse. En esta bendita provincia, como en todas, de todo hay, y una de esas cosas que nos enorgullece es nuestra singular mantequilla, reconocida y exitosa allí donde se llega a dar a conocer, porque por desgracia no puede alcanzar muy lejos dada su escasa y menguante producción. En España tan sólo nuestra Mantequilla de Soria y otra, la de L'Alt Urgell y la Cerdanya, cuentan con el distintivo de Denominación Origen Protegida, dentro de la UE.
El 2 de agosto el BOCyL hacía pública la nueva representación oficial de la DO Mantequilla de Soria, tras los comicios celebrados recientemente, y que recaerá en Rocío Martínez, de Mantequerías York, a la que deseamos suerte y éxito en el desempeño del cargo, y a la que ofrezco toda mi colaboración. Esperemos no estar ante la última presidencia de la DO.
Decimos esto último porque la mantequilla de la DO está directamente ligada a la producción lechera dentro de nuestra provincia, una provincia en la que hemos pasado en las últimas décadas de más de 5.000 vacas de ordeño a tan solo unas 150 de la actualidad. Fueron aquellas vacas las que forjaron la tradición singular de nuestra mantequilla y fueron los ganaderos, elaboradores y comercializadoras -un poco más tarde- los que por 2004 alcanzaron el reconocimiento para este prodigio singular de nuestra mantequilla, natural, salada o dulce, todas de diez.
Hoy, dolorosamente, en los medios de comunicación aparece el fundado lamento de la nueva presidenta al referirse a que los productores valoran renunciar a la Denominación de Origen Mantequilla de Soria.
Para los amantes del romántico kilómetro cero, hemos de decir que prácticamente la totalidad de la leche que tomamos en Soria es importada, bien de otras comunidades autónomas o incluso de otros países. A estos románticos que se manifestaban contra el proyecto de la granja de Noviercas, aplaudidos por algunas de estas comunidades, les invitamos a poner pequeñas explotaciones de vacas de ordeño para salvar la Denominación de Origen. Tienen las puertas abiertas de ASAJA para ayudarles en su instalación como ganaderos jóvenes o no tan jóvenes. Ya les hemos invitado otras veces, pero como dice la nueva presidenta de la D.O tal vez prefieran ser "youtubers". Por eso precisamente estamos deseosos de que alguien quiera crear una granja de ordeño en Soria, aunque de momento la única que se ha querido instalar, la del Valle de Odieta, ha sido continua y vergonzosamente torpedeada y acosada.
Ya llegó la hora de las lamentaciones, la de la realidad ineludible, la de valorar perder una muestra más de nuestra identidad como sorianos para poder seguir avanzando. No sé si en Cataluña, la tierra de la otra DO de Mantequilla, dan valor a esto. No me adentraré más en este jardín; no hace falta.
Renunciar a proyectos, como la DO, o a las granjas que quieran instalarse, tiene un precio y en esta tierra se paga caro, más que en otras, y como siempre el precio lo pagarán sobre todo aquellos sorianos que ahora comienzan a ser o aquellos que aún están por venir. Como digo, en todas partes hay cosas de las que enorgullecerse y otras de las que avergonzarse.