El sistema sanitario de Castilla y León redujo entre 2010 y 2022 el número de camas instaladas en sus hospitales, al pasar de 7.458 a 7.370, lo que supone un 1,17 por ciento menos, en línea con el sector privado, que pasó de contar con 2.171 a 1.862. Lo mismo ocurrió con aquellas plazas en funcionamiento, que se situaron en 6.797 en los centros de Sacyl y 1.728 en las clínicas privadas, respectivamente.
Así lo recoge el VI Informe sobre la Atención Especializada en las Comunidades Autónomas', elaborado por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp), que denunció este viernes que el déficit de camas hospitalarias en España "es muy preocupante", lo que "redunda en listas de espera elevadas".
En ese sentido, la Fadsp señala que el número de camas instaladas por cada 1.000 habitantes es "bajo" en España ya que además disminuyó entre 2010 y 2023, pasando de 3,42 a 3,24. El número de camas en funcionamiento es aún menor (2,95), lo que contrasta con los promedios de la Unión Europea (5,21) y la OCDE (4,4), por lo que el déficit de camas hospitalarias es preocupante", remarcó el portavoz de la Federación, Marciano Sánchez Bayle.
No obstante, la dotación de camas en Castilla y León supera la media española, porque disponía en 2022 de 3,89 por cada 1.000 habitantes, a pesar de la reducción de las existentes lo que se debería a la reducción de la población de la Comunidad. De hecho, este indicador era inferior en 2010, ya que se situaba en 3,86. De la misma forma, las camas en funcionamiento se mantuvieron prácticamente estables, con 3,59 por cada 1.000 habitantes, frente a los 3,6 de 2010.
En total, Castilla y León cuenta con 9.232 camas hospitalarias, de las que 8.983 estaban en funcionamiento. Además, las altas emitidas disminuyeron entre 2010 y 2022 un 9,72 por ciento, con una rebaja del 84,83 por ciento en el sector privado y del 2,05 por ciento en el sistema público. Por el contrario, en el conjunto de España la caída fue del 1,86 por ciento, con un 2,06 por ciento más en la rama pública y un 17,94 por ciento menos en la privada.
El gasto total por habitante en Atención Especializada aumentó en todas las comunidades entre 2010 y 2022, con un incremento promedio del 30 por ciento, inferior al 34 por ciento de Castilla y León, que pasó de 839,18 a 1.280,61 euros. Los mayores aumentos se produjeron en Asturias (36 por ciento) y el menor en La Rioja (25 por ciento). Además, el porcentaje de gasto que representan estos servicios creció en un 15 por ciento, hasta representar el 60 por ciento del total por debajo del 62,38 por ciento de la media nacional. No obstante, si se detrae la partida de farmacia, se reduce al 49,9 por ciento.
Respecto al personal, la sanidad pasó de contar con 11,51 profesionales en 2010 por cada 1.000 habitantes a 14,28, ligeramente por encima de la media estatal, que presenta porcentaje del 11,38 y 13,72 por ciento. En el caso de los médicos, la Comunidad pasó de disponer de 1,83 por cada 1.000 habitantes a 2,17, frente al 1,78 y al 2,14 de la media nacional; en la enfermería, el indicador pasó del 3,3 al 4,16, superando también los valores del conjunto del país. Con ello, la frecuentación de las consultas de Atención Especializada se elevó de 1.804 por cada 1.000 habitantes y año a 2.035,72.
Finalmente, en cuanto a la lista de espera quirúrgica, la tasa por cada 1.000 habitantes cerró en 2023 en el 5,11, frente al 7,25 del sistema nacional de salud. Además, el porcentaje de pacientes que superaban los seis meses era del 18,.7 por ciento, frente al 15,45 por ciento de media en las comunidades, por lo que la espera media era de 101 días, frente a los 99,17 que se registra en toda España. Además, en referencia a las consultas, el tiempo medio de espera es de 90 días en la Comunidad, por debajo de los 94,35 días de todo el país.