Editorial

El récord negativo de nacimientos pone en peligro la sociedad española

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La cifra de bebés que nacieron el año pasado confirma lo que los demógrafos llevan tiempo pronosticando: que la natalidad española no solo está en mínimos sino que va a seguir cayendo en los próximos años. Durante 2023 se estima que hubo un total de 322.075 nacimientos en España, la cifra más baja de la serie histórica del INE, que comienza en 1941. El retroceso es de un dos por ciento con respecto al año anterior y de más del 24% respecto a 2013. Es decir, que nacen tres cuartas partes de los bebés que nacían hace una década. Una tragedia de proporciones enormes, a pesar de que no parece que nos preocupe demasiado como sociedad.

Aunque la caída es más acusada en algunos territorios, tan solo Madrid y Extremadura experimentan una ligera subida respecto al año anterior, el problema es generalizado y los responsables públicos deberían de iniciar una reflexión sobre las medidas necesarias para revertir una situación crítica que en pocos años nos puede llevar a un despoblamiento que no podrán ni siquiera cubrir los emigrantes. Esto se une a que el número de fallecidos es bastante mayor (todavía por encima de los que había antes de la pandemia), lo que hace que el crecimiento vegetativo sea negativo y altamente preocupante si hacemos una proyección hacia el futuro. 

Los datos son claros. Y se unen a otros más llamativos sobre la maternidad en España: las mujeres son madres cada vez más tarde. El número de las que pasan de los 40 años ha crecido un 19,3 por ciento en los últimos diez años, y en 2023 ya representaban el 11 por ciento de todos los alumbramientos. Y el de madres de más de 50, que el año pasado creció otro 12%, se ha más que triplicado en una década: de 82 contabilizados en 2013 se ha pasado a 288. Por contra, cada vez son menos los nacimientos de mujeres menores de 25, que suponen el 9,4% y se han reducido un 26% desde 2013.

Cabría preguntarse qué nos está pasando para que marchemos por un camino que nos lleva directamente al abismo. Las españolas son ya las mujeres europeas que más tarde se convierten en madres. El porcentaje español de nacimientos de madres de 40 años o más edad es próximo a los de otros países del sur de Europa, como Grecia (9,7%), Italia (8,7%) y Portugal (8,5%). Sin embargo, duplica a los de Francia (5,1%), Alemania (4,9%) o Suecia (4,6%).

El problema se agudiza, aunque no es nuevo. El declive de la natalidad es prácticamente continuo en España desde la crisis económica de 2008 y, como han demostrado diversos estudios sociológicos, los adultos jóvenes se ven sumamente condicionados por la situación económica para el desarrollo de sus proyectos vitales, y en especial en la formación de la familia. El desempleo y la precariedad laboral explican en gran medida la escasa fecundidad entre los jóvenes y el retraso en la edad a la maternidad en España. Algo habrá que hacer.