El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, ha anunciado la próxima declaración de una "emergencia nacional" para hacer frente a la creciente llegada de migrantes desde Panamá, punto de paso de quienes quieren llegar principalmente hacia Estados Unidos.
"Es una situación de emergencia", ha sentenciado Chaves en una comparecencia ante los medios en la que diversas autoridades han repasado los efectos del flujo migratorio, que supera las 386.000 llegadas desde principios de año.
Solo en lo que va de septiembre, más de 60.000 personas han cruzado por Paso Canoas, una localidad fronteriza con unos 20.000 habitantes. El viceministro de la Presidencia, Jorge Rodríguez, ha admitido que esta cifra "sobrepasa la capacidad institucional para atenderlas".
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ha comenzado ya a elaborar la justificación técnica de la próxima declaración, con la que Chaves aspira a paliar los efectos de una crisis que se extiende "a lo largo de todo el continente americano". Costa Rica es, en realidad, "un país de paso".
El mandatario también ha pedido "mano firme" al Ministerio de Seguridad Pública, para perseguir a quienes "confundan con debilidad" el "corazón generoso" de los costarricenses. En este sentido, ha lanzado un mensaje para quienes cometan algún tipo de disturbio: "Van de vuelta a su país de origen porque aquí no se lo vamos a tolerar".