Toca apretarse el cinturón. Lo tienen claro cuatro de cada 10 españoles que van a recortar su consumo al menos hasta fin de año. ¿Las razones? Son básicamente dos. Por un lado los precios mantienen su galope desbocado y, por otro, el tormentoso escenario económico tampoco supone precisamente un acicate a la hora echar mano al bolsillo o a los ahorros en el banco.
Así lo indica el último informe de Perspectivas del Consumidor publicado ayer por Kantar Insights, que señala que alrededor del 38% de los consumidores -casi dos de cada cinco- serán mucho más cuidados a la hora de hacer la compra en el supermercado o congelarán decisiones de mucho mayor alcance como comprarse un piso o cambiar de coche.
Ese mismo balance, indica que más de la mitad de los españoles, en torno al 58 por ciento, abogan por mantener su nivel de consumo actual en la recta final de este 2023, que ya se había moderado tras la escalada de la inflación.
Pese a los mensajes optimistas que lanza periódicamente el Ejecutivo, las sensaciones de los consumidores no van en la misma dirección. De hecho, el informe de Kantar Insights señala que, tras la tendencia positiva vista en el último año, en el tercer trimestre de 2023 el índice de Confianza del Consumidor está evolucionando negativamente.
Solo un 4% gastará más
Desde la consultora afirman que la ciudadanía es consciente de las incertidumbres que acechan a la actual situación económica. Así las cosas, únicamente un cuatro por ciento de la población tiene suficiente capacidad económica para aumentar su consumo desde ahora hasta final de año.
Respecto al empleo, el 89% de los españoles considera que su puesto de trabajo no corre riesgo, pese que el menor consumo obligará a las empresas a hacer ajustes de plantilla, mientras que un 39% vaticina que el desempleo aumentará a lo largo de los próximos seis meses. Se mantiene la mayoría, casi seis de cada 10, que aseguran que el número de personas sin trabajo se mantendrá estable o que incluso disminuirá.
En esta tesitura, el 70% confía en que sus ingresos personales continúen en los niveles actuales o bien mejoren, frente a sólo un siete por ciento que piensa que bajarán y un 20% que manifiesta tener dudas al respecto.
En un contexto inflacionista -el pasado mes de septiembre volvió a subir hasta el 3,5% por la luz y los combustibles- la incertidumbre respecto a si las ayudas públicas continuarán en 2024 -reducción del IVA de la luz y del gas o de los alimentos básicos- no ayudan a impulsar el consumo. Ante esta inseguridad, la valoración del momento para realizar grandes gastos, créditos o hipotecas, vivienda, coches, etc, continúa siendo negativa.
El informe revela que solo evoluciona positivamente la valoración de compra de productos financieros como planes o fondos de pensiones, mientras que solo se mantienen en números positivos las actividades de formación y los productos de droguería, seguidos por los de belleza, estos últimos percibidos como de autogratificación.