La Fresquera, tienda y punto de encuentro en Noviercas

A.I.P.
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Paula Jiménez Marlet estuvo una década trabajando en la gestión de proyectos de cooperación en Suramérica. Volvió a su tierra y desde este verano regenta el comercio de Noviercas

La Fresquera, tienda y punto de encuentro en Noviercas - Foto: Ana Renta

Emprender en el medio rural. Sueño y/o realidad. Retornar a la tierra para poner en marcha un proyecto laboral es todo un reto. Más si la ubicación del negocio es un municipio de unos 150 empadronados. Este escenario no ha sido un obstáculo para Paula Jiménez Marlet, que desde finales de julio regenta la tienda de alimentación de Noviercas, La Fresquera del Moncayo. Hasta finales de agosto ha convivido con el único comercio que ha prestado servicio en el pueblo en los últimos años, que ha echado el cierre por jubilación.

El cambio de registro ha sido rotundo. En la última década, esta olvegueña de 35 años, graduada en Ingeniería Técnica Industrial, se ha dedicado a la gestión de proyectos de cooperación en Perú. Hasta que decidió que era el momento de volver a casa. Aunque siempre había tenido su pueblo natal, Ólvega, como referencia, antes de alejarse a más de 9.000 kilómetros de España vivió en Zaragoza. Por lo tanto, no conocía a fondo lo que era el día a día en un entorno rural como el soriano.

«Es una aventura esto de emprender», confiesa la comerciante en pleno apogeo de atención a la clientela. En menos de una hora una decena de vecinas de Noviercas y un proveedor han acudido a la tienda que, por ahora, está abierta de 10.00 a 12.30 de martes a sábado, un horario que le permite a Paula Jiménez compatibilizar otro trabajo, el de monitora en el comedor escolar de Ólvega. «La tienda no da para que sea la única fuente de ingresos», sostiene.

En La Fresquera del Moncayo se puede adquirir de todo: carne (incluida ternera de Noviercas, de dos jóvenes ganaderos de la localidad), fruta, verdura, embutidos, pescado congelado, leche, pan de Ólvega, artículos de droguería... Es un pequeño supermercado que ofrece todo lo necesario y también a la demanda, ya que los clientes encargan productos específicos. «Vamos pidiendo cosas», explica Montse mientras hace la compra y sugiere a Paula una marca concreta de piña en almíbar.

Maruja, nacida en Noviercas, pone en valor el nuevo servicio. «Se va uno y viene otro, así que bien», señala. Esta localidad moncaína nunca ha dejado de tener comercio, incluso, «hace muchos años», funcionaron dos tiendas de alimentación.

Esta vecina, como lo mayoría, acude a diario a La Fresquera del Moncayo que, de alguna manera, también se ha convertido en un punto de encuentro en el que ponerse al día de lo acontece en los alrededores.

«El 80% de los clientes son jubilados, muchos no pueden desplazarse en coche a comprar y el 100% lo adquieren en el pueblo», explica Paula Jiménez, que pone de relieve el componente social, «no solo es económico», que tiene una iniciativa empresarial como esta.

La emprendedora admite que conoció la oferta del Consistorio de Noviercas a través de los amigos que tiene en esta localidad. «He llegado aquí porque tengo una red social [...] Dentro de un año, podré hacer balance», advierte Paula Jiménez, cuyo proyecto fue estudiado este verano en el Semillero de Impulso Emprende de la Cámara de Comercio de Soria.

«Lo mejor, la tendera». Apenas pasan unos minutos de las 11.00 de la mañana y el goteo de clientas no para. Mercedes asegura que acude casi a diario, «por lo menos a por el pan», lo que, en su opinión, es una forma de socializar: «Si no, cada uno en su casa [...] Aquí en el pueblo se vive bien», afirma esta vecina que también pasa tiempo en otra residencia que tiene en Ólvega.

Por su parte, Yoli lo tiene claro: «Lo mejor de la tienda, la tendera». A lo que Maruja añade: «Es muy simpática, hay que ponerle un diez». Mientras, Montse termina de hacer su compra y los pedidos. «Si queremos algo que no tiene, lo pedimos [...] Yo no vengo todos los días, trabajo en Ágreda. Hoy tengo el día libre y he aprovechado, pero suelo venir los sábados», cuenta.

Asimismo, Silveria pone de relieve la suerte del pueblo por seguir disponiendo de una tienda y, además, en la que encuentran género de calidad y productos de la zona, como la carne procedente de las referidas explotaciones de vacuno de Noviercas.