En los últimos 15 años, el Barça elevó sus estatus mundial con un juego de ataque espléndido. Todo giraba alrededor de un futbolista único (Messi) y la idea indiscutible de que para jugar bien al ataque… hay que tener buenos jugadores de ataque. Con esas líneas de tres 'marca de la casa', por ejemplo, Pep Guardiola logró levantar una enorme cantidad de títulos: primero fueron Messi, Eto'o y Henry (100 goles) como tridente ofensivo; luego Messi, Pedro y Villa (98)… hasta que ya en 2015 Luis Enrique gestionó el tridente con mayúsculas: Messi, Suárez y Neymar. Tres figuras que alcanzaron la última Champions conquistada por el club y que entre la 14/15 y la 16/17 marcaron 363 tantos.
Ocho temporadas después, el Barcelona empieza a presumir de un nuevo tridente, bautizado 'LRL' y conformado por Lewandowski, Raphinha y Lamine Yamal. Tres futbolistas diferentes, de estilos y edades alejadas. Una maquinaria ofensiva menos homogénea que las gestadas alrededor de Leo Messi, pero con jugadores de características complementarias. Llevan juntos una campaña (y lo que llevamos de esta) juntos y ya suman 66 dianas (38, 16 y 12 en ese orden), pero las sensaciones que arrojan este curso han devuelto la ilusión al barcelonismo: en las cinco grandes Ligas continentales solo hay 12 futbolistas que hayan participado (goles más asistencias) en ocho o más tantos en lo que va de temporada… y ellos tres están presentes en la selecta nómina: Lewandowski (ocho más dos), Raphinha (cinco más cuatro) y Yamal (cuatro más cinco) van apuntalando un año ilusionante.
El '9'
El delantero polaco es, hoy por hoy, el mejor goleador de Europa. Suma 12 tantos en las 24/25, superando con su primer 'hat-trick' del curso a Haaland (City), que 'solo' lleva 11. También a Harry Kane (10), a Marmoush (nueve)… El punta ha reencontrado con Hansi Flick su mejor versión anotadora. «Ahora recibo más y mejores pases, con más espacios», analizaba tras su exhibición en Vitoria.
Hasta la fecha, solo dos futbolistas habían alcanzado la barrera de las 10 dianas en las nueve primeras jornadas de una Liga. Cristiano Ronaldo se disparó hasta los 16 en la 14/15 y Leo Messi replicó tres campañas después con 11. Desaparecidos los dos mejores realizadores de la historia, hay cierta justicia poética en la irrupción de 'Lewi', tras Cristiano (905) y Messi (843), el tercer máximo artillero en activo de la historia (643) y el séptimo en el 'ranking' global general.
El '11'
Raphael Dias Belloli vive esa temporada diferencial en la carrera de muchos aspirantes a estrella: a sus 27 años, ha cruzado el umbral y es, hoy por hoy, uno de los jugadores más determinantes de Europa. Nunca a estas alturas de un campeonato había acumulado 931 minutos (el futbolista más utilizado por Flick), nunca había logrado un 'hat-trick' (lo hizo ante el Valladolid) y nunca había participado en 11 tantos (seis goles más cinco asistencias) en los primeros 11 partidos de una campaña.
«Estoy en el mejor momento de mi carrera», señaló la semana pasada, antes de exhibirse en Mendizorroza con otras dos nuevas asistencias. «Ser el tercer capitán -decía Flick- le ha venido bien. Es un jugador muy dinámico, de nivel 'top' mundial». Se ha tomado muy en serio su nuevo cometido: de estar en el mercado (la pareja Raphinha- Lewandowski tenía la etiqueta de 'transferible' este verano) a justificar esos 58 millones de euros que el Barça pagó al Leeds y que, hasta este curso, pocos entendían.
El '19'
La irrupción de Lamine Yamal fue un brutal amago en la 23/24, tomó forma con el oro en la Eurocopa de Alemania y ha cristalizado esta 24/25: el canterano azulgrana, a sus 17 años, ya es una figura del fútbol mundial. «Lo difícil a esta edad es tomar buenas decisiones… y él no se equivoca casi nunca», decía Luis de la Fuente este verano. Puede permitirse partidos 'fantasma' como el de Vitoria y, sin embargo, seguir siendo letal en el uno contra uno (es el futbolista de LaLiga con más regates, 59, por encima de Vinícius, 51) y atrae defensas para abrir otros espacios: Koundé ha crecido de manera exponencial esta temporada en la banda derecha.