El 25 por ciento de la población española sufrirá un ictus a lo largo de su vida, una enfermedad que causó el fallecimiento a más de 24.000 personas en 2022 en el país, según determinó ayer la Sociedad Española de Neurología (SEN) con motivo del Día Mundial del Ictus, que se celebra el próximo domingo.

Los fríos datos muestran una realidad dura: en el territorio nacional se registran cada año entre 110.000 y 120.000 nuevos casos, el año pasado unos 24.000 ciudadanos perdieron la vida por esta patología y unos 34.000 desarrollaron una discapacidad por esta razón. De hecho, esta alteración es la primera causa de discapacidad en España -más de 360.000 personas tienen reconocida un pérdida de capacidades por haberlo padecido- y, tras las muertes por la COVID-19, se ha convertido en la segunda causa de defunción en las mujeres y la tercera en ambos sexos.

«Un ictus ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro se interrumpe, ya sea debido a un coágulo sanguíneo o a una hemorragia. En ambos casos, hablamos de una urgencia sanitaria que ante los primeros síntomas debe ser abordada sin dilación, ya que cuanto menos tiempo pase desde las primeras evidencias hasta que sea tratada, mayor será la probabilidad de sobrevivir o reducir sus secuelas», afirma Mar Freijo, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN. Según esta sociedad médica, solo un 50 por ciento de la población española sabría reconocer los síntomas. Además, el Código Ictus, que es el sistema de atención sanitaria que se activa al llamar a emergencias con síntomas, solo se llega a utilizar en torno al 40 por ciento de los casos que se atienden en los hospitales.

«Teniendo en cuenta que un ictus mata dos millones de neuronas cada minuto y que existe una ventana terapéutica antes de que los tratamientos de los que disponemos dejen de ser efectivos, es fundamental que toda la población conozca en qué consiste esta enfermedad y que sepa que cada minuto cuenta», añade Freijo.

Por esta razón, la SEN recuerda los siguientes síntomas:

- Pérdida de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo. Generalmente afecta a una mitad del cuerpo y se manifiesta sobre todo en la cara y/o en las extremidades.

- Alteración brusca en el lenguaje, con dificultades para hablar o entender.

- Alteración brusca de la visión, como pérdida de visión por un ojo, visión doble o pérdida de la visión en algún lado del campo visual.

- Pérdida brusca de la coordinación o el equilibrio.

- Dolor de cabeza muy intenso y diferente a otros dolores de cabeza habituales.

Es fundamental llamar al 112, incluso cuando se experimente solo uno de ellos o desaparezcan a los pocos minutos. Aumentar el conocimiento de esta enfermedad es «fundamental» porque se estima que en menos de 15 años el número de casos subirá un 35 por ciento.