España es uno de los países de la Unión Europea más afectados por el cambio climático, con episodios meteorológicos cada vez más frecuentes y extremos en el territorio que repercuten de una forma clara y directa en la disponibilidad de agua en un futuro en todos sus usos –ciudadanía, industria y agricultura– con una demanda cada vez mayor. El contexto de escasez hídrica con el que convivimos no sólo plantea afecciones en cuanto a la disponibilidad del suministro del recurso, sino también en su calidad y, por ende, a la salud de los ecosistemas y las personas.
Ante esta situación, Aquona, empresa que forma parte del hub de conocimiento del agua, Agbar, y que presta servicios vinculados a la gestión sostenible de los recursos hídricos en más de 60 municipios de Castilla y León, lleva años trabajando en la primera línea de la lucha contra el cambio climático. La innovación y la digitalización constituyen las principales aliadas de la compañía que, a través de un proceso de transformación a todos los niveles, ha desplegado soluciones de adaptación y mitigación a los efectos del cambio climático.
A través de la monitorización se puede controlar en tiempo real los procesos que se llevan a cabo en la gestión del ciclo urbano del agua, que se consigue con la instalación de sensores en cada una de las fases del ciclo. Un ejemplo claro es el trabajo que se hace en las plantas de tratamiento de agua donde la tecnología se emplea para llevar a cabo una monitorización en continuo de los parámetros principales de calidad del agua, así como de los diferentes procesos operacionales. Como explica el director de Operaciones de Aquona, José Antonio del Rey, «la información que nos ofrece la tecnología no solo nos permite anticiparnos en la toma de decisiones para asegurar la calidad y la continuidad del servicio». Del Rey apunta que la transformación digital que han materializado en los últimos años va mucho más allá: «La tecnología y la digitalización suponen la clave para hacer la operación mucho más resiliente; se trata de afrontar episodios como la sequía con unos niveles de seguridad mucho más altos, en cuanto a lo que a disponibilidad y calidad de los recursos hídricos se refiere».
Sala de control de la Estación de Tratamiento de Agua Potable de Palencia.Un ejemplo de planta de tratamiento cien por cien digitalizada es la potabilizadora de Palencia. Este hito se ha conseguido con la implantación de soluciones tecnológicas de automatización y control. En el caso de la capital palentina, el sistema DCDC se combina con el IMPRESS, una herramienta de predicción meteorológica que posibilita saber cómo van a afectar y cuándo los fenómenos climatológicos como la lluvia o las temperaturas extremas a la calidad del agua de entrada a la planta.
Digitalización
El proceso de digitalización que Aquona ha llevado a cabo no sólo se centra en las plantas de tratamiento de agua potable que gestiona. La transformación tecnológica ha abarcado el cien por cien del ámbito operacional de la compañía, en donde las redes de distribución juegan un papel crucial a la hora de preservar el recurso. «El tener digitalizadas las redes de todos los municipios que gestionamos en Castilla y León nos permite predecir su comportamiento, controlar sus sectores, mantener la calidad del agua y prevenir posibles fugas», cuenta José Antonio del Rey. La herramienta que ha hecho posible este hito se llama GIS Agua, la cual permite localizar geográficamente todos los elementos de las redes de distribución y alcantarillado.
Además de para controlar y optimizar en tiempo real indicadores como el caudal, la presión y la calidad del agua, la tecnología es esencial para incrementar la eficiencia energética e hidráulica de las redes. Por ello, la empresa ha puesto a disposición de los municipios una herramienta digital que, mediante sensores que supervisan el comportamiento hidráulico de las redes, permite la detección y prevención de fugas de agua, mejorando el rendimiento de la red y alargando su vida útil. Y es que la localización y búsqueda de fugas, así como la reducción del Agua No Registrada (ANR), es decir, la diferencia entre el agua suministrada al sistema y el volumen de agua registrada en los contadores de los usuarios que generalmente responde a consumos autorizados no medidos, fraudes y pérdidas físicas en la red, son dos focos desde donde combatir la pérdida de agua.
En el primero de los casos, Aquona ha desarrollado el SoundWater, una aplicación para smartphones que permite localizar fugas con gran precisión mediante la captura y el análisis del sonido que se capta en las redes de distribución. En el segundo, la empresa ha implantado recientemente el Burstreduction, un proyecto para reforzar el control del ANR que ya funciona en Palencia o en Medina de Pomar. La apuesta por la eficiencia y la pérdida de agua se completa de la mano de la Inteligencia Artificial con un proyecto para detectar consumos anómalos.
Placas solares instaladas en la ecofactoria de la capital palentina.Respecto a las redes de saneamiento, GIS Agua ha sido el punto de partida de otros desarrollos tecnológicos para, por ejemplo, la planificación y gestión de las redes de saneamiento. Aquona ha desarrollado la aplicación GALIA para la limpieza optimizada de las redes de saneamiento. Ciudades como Ponferrada, Palencia o distintos municipios de la provincia de León cuentan con esta herramienta.
Clientes más digitales
La transformación digital que Aquona ha desplegado tiene una dimensión de 360 grados, siendo su propio equipo humano y sus clientes agentes activos del cambio, situándolos en el centro de su cultura digital. En el último año, la compañía ha desplegado una nueva forma de trabajo más digital y colaborativa que abarca a todos sus empleados, incluyendo a las personas que trabajan sobre el terreno, un colectivo en el que se ha trabajado especialmente en capacitación digital, con la ambición de conseguir el cien por cien de digitalización del mismo a final de año.
Respecto a clientes, el proyecto Contigo, basado en dar respuesta personalizada a cada una de las necesidades de los clientes de la compañía, cuenta con una parte muy importante de digitalización en la que se han habilitado una multitud de canales de contacto como el WhatsApp, el servicio de cita previa con videollamada, el chatbot de la página web o la evolución del área de clientes de la web.
Apuesta por la economía circular
La escasez de agua no es el único de los efectos que trae consigo el cambio climático. En este sentido, la economía circular cobra una especial importancia en el marco de soluciones que Aquona ha desplegado encaminadas a la lucha contra el cambio climático.
Las plantas de tratamiento de agua avanzan hacia la autosuficiencia energética gracias a la producción de energía para su autoconsumo. En concreto, Aquona ha instalado placas solares que, además de abastecer de energía a la operación de la planta, ha evitado la emisión de más de 3.300 toneladas de gases de efecto invernadero en los últimos tres años. Palencia, Mancomunidad del Río Eresma, Aguilar de Campoo, Herrera de Pisuerga o Grijota son algunas de las localidades que ya cuentan con ellas.
En el marco de la economía circular, uno de los proyectos pioneros es la transformación de las depuradoras tradicionales en ecofactorías. El objetivo es regenerar agua para nuevos usos, valorizar los residuos para nuevos recursos y producir energías renovables con el fin de conseguir el autoabastecimiento de la planta, generando un impacto positivo sobre el entorno. En Castilla y León destaca la ecofactoría de Palencia, que ha alcanzado un nivel de autosuficiencia energética superior al 60% gracias a la generación de energía eléctrica a través de los fangos de depuración y una importante inversión en la instalación de placas solares. En curso se encuentra la implantación de un nuevo sistema de producción de energía –a través de un motogenerador adicional– que permitirá el autoconsumo del cien por cien del biogás generado en el proceso de depuración.
Además, la ecofactoría de la capital palentina ha sido escenario de uno de los pilotos del proyecto europeo Interreg Ecoval, que ha demostrado la viabilidad técnica de transformar los lodos producidos en el proceso de depuración junto a la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos en subproductos de alto valor añadido. Además, dentro de Ecoval se han desarrollado con éxito campañas de sensibilización a escolares sobre la recogida selectiva de residuos. Junta de Castilla y León, Ayuntamiento de Palencia y Aquona han impulsado, junto a otros socios, esta iniciativa coordinada por Cetaqua, el centro tecnológico del agua de Agbar.
En ese camino de conversión de las depuradoras en ecofactorías, la digitalización y la automatización constituyen factores cruciales para asegurar la calidad del vertido. «El sistema regula la operación en función de los parámetros medidos por sensores, con la supervisión del personal», añade el director de Operaciones de Aquona, José Antonio del Rey. Soluciones tecnológicas basadas en inteligencia artificial como Createch en el caso de Palencia y Benavente o Fuzzy en Puebla de Sanabria, hacen realidad esa gestión sostenible y digital del agua residual.