Uno de los beneficios que tiene las bajas largas y con reposo forzado es que aprendes a escuchar lo que la soledad te cuenta. Es muy agradable vivir con esa soledad que, aunque forzada por la salud, es elegida por buscada. Y es que yo, que debo ser una rara avis, considero que la enfermedad es algo íntimo, que se lleva mejor en la conversación con uno mismo, y con el elenco sanitario cuando toca. No me resulta necesario que me cuenten (o se cuenten entre los visitantes) la última de Ayuso, ni la victoria del Real Madrid mientras yo permanezco en el 'lecho del dolor' que diría mi padre.
Mi última reflexión ayer antes de escribir estas líneas fue sobre una noticia que leía en el digital de este periódico relacionada con el cambio climático. Se dan muchas paradojas sobre este tema para el que se organizan cumbres, congresos, recomendaciones y hasta leyes. Pero a los ciudadanos del 'primer mundo' les da la risa las subidas intempestivas del calor o las bajadas espectaculares del frío. No he visto mucha preocupación en la gente entrevistada o abordada por las calles, incluso les hace gracia. Hay que salvar por supuesto a científicos y gente muy concienciada. Y si a los de ese primer mundo les hace gracias el problema, me figuro lo que preocupa en el tercer mundo cuyo principal pensamiento es comer.
Solo he visto ceños fruncidos en la ciudadanía cuando lo que falta es el agua, ahí si que nos han dado. Hasta los más nacionalistas estarían dispuestos a aceptar un trasvase de sus vecinos españoles para saciar la sed de sus bocas y sus cultivos. Aunque ahí tampoco se acuerda nadie de donde se originan los ríos, donde se preservan los montes que producen las nubes y que normalmente es la España despoblada. Por eso está despoblada y ha cuidado el medio ambiente, porque no hay industria contaminante.Al hilo de esto os cuento otra reflexión en marcha. Tenemos mucha preocupación por traer población a nuestra Soria para romper la indeseable palabreja de España 'vaciada'. Tal vez habría que pensar en que se vaciara de algunos próceres muérdagos (semiparásitos) que son verdaderos obstáculos para esta provincia. Pero eso es harina de otro costal.