El sábado pasado, 18 de noviembre, pudimos disfrutar del centenario de mi madre. Toda una vida, la de mi madre, es difícil de expresar en unas pocas líneas... Con 40 años quedó viuda y al cargo de cinco hijos. Yo era la mediana y con seis añitos las monjas del colegio me dieron la noticia, sin ser muy consciente de la gravedad que conllevaba. Como mi madre estaba todo el día en casa, yo pensaba que no trabajaba... pero con el tiempo comprendí que teníamos a la mejor cocinera, a la mejor enfermera, a la mejor modista y a la que hacía malabares para llegar a fin de mes con su pensión. Vivíamos de una manera modesta y sencilla, lo que nos ha permitido a todos los hermanos valorar las comodidades de las que hemos disfrutado con posterioridad. El amor de familia era lo más importante.

Los años pasaban y cada uno íbamos haciendo nuestras vidas hasta que llegaron los nietos para aumentar la familia. Para ella, desde niña, la familia siempre ha sido su mejor medicina y así lo ha recalcado continuamente. Esta última década ha estado salpicada de luces y sombras. Un accidente de coche del que se recuperó, varias intervenciones quirúrgicas de las que también se restableció y el fallecimiento de su hija mayor que, según sus palabras, la dejó "hueca". Y también vinieron tres biznietos como tres soles, toda una inyección de optimismo para poner un poco de luz.

Y, de nuevo, la familia ha estado ahí para ayudar a curar las heridas del alma. El apoyo de su médico de familia, su hermano, sus cuñadas, sus sobrinos y sus amigos, las partidas de cartas y de parchís, las lecturas de sus escritos, los recitales de poesías de su infancia y sus confidencias le han ayudado en estos últimos años a estar más positiva. Y, si alguien ha hecho posible que mi madre esté tan cuidada y mimada, ha sido nuestra hermana Lina, con una labor impagable y maravillosa, por la que todos le estamos muy agradecidos. Sirva este pequeño homenaje de gratitud hacia mi madre que nos ha transmitido valores de vida imprescindibles.

Te queremos mamá, siempre serás nuestro referente.