El cuarto trimestre comienza con unas excelentes previsiones del avance del PIB, según el último informe de la OCDE, que asegura que España se sitúa como el motor de crecimiento de la eurozona con un 2,8% que cerrará este año y un 2,2% en 2025. Un dato que, sin embargo, no va en línea con otros indicadores como el desempleo, donde el país no abandona los dos dígitos (11,3%) frente a la media de la eurozona del 6,4% y que, además, se agrava si se tiene en cuenta el número de las bajas, donde el país es el que mayor absentismo registró el pasado año en la UE.
Una posición que iguala a la que publican naciones de amplia tradición en este problema, como son Francia y Portugal, cuya cifra se ha multiplicado a raíz de la COVID-19, que ha causado un efecto masivo, según el estudio el Instituto Valenciano de Estudios Económicos.
En este escenario, cada día faltaron a su puesto de trabajo en el país 1,5 millones de personas en 2023 lo que representó un coste aproximado de 17.000 millones de euros al año, más de un 1% del PIB.
De media, cada incapacidad transitoria ha tenido una duración de 34 días, con más de 400 millones de jornadas laborales perdidas.
Las explicaciones que dan los economistas son muy variadas y van desde el incremento del estrés, hasta el abuso injustificado. De hecho, tras la pandemia, la Seguridad Social cuantifica más de 450 bajas al año por cada 1.000 asalariados, frente a las 300 de 2019, el nivel más alto de la última década.
En esta línea, los economistas sostienen que si se comparan los datos de jornadas perdidas por incapacidad temporal con los de hace un lustro, se aprecia un aumento del 62%, lo que significa un total de 396 millones de jornadas sin productividad.
Las ausencias de larga duración son las que más se han incrementado, ya que también han subido las que hacen referencia a enfermedades relacionadas con la depresión y la ansiedad con unos tiempos de recuperación más largos.
De hecho, España es el país líder en consumo de ansiolíticos y el segundo en el que el número de bajas relacionadas con la salud mental no ha dejado de crecer desde la irrupción de la pandemia.
Las bases de datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones registraron en 2023 un total 600.814 incapacidades temporales relacionadas con «trastornos mentales y de comportamiento». Un número récord, jamás registrado hasta la fecha y que triplica el de hace cinco años.
Difícil solución
Encontrar una solución no es sencillo. Se está debatiendo la posibilidad de realizar pruebas diagnósticas en la sanidad privada para acelerar los plazos pero, si se hace así, esa valoración ha de contar con la validación de la Seguridad Social.
Además, hay otro fenómeno que se ha incrementado y es el absentismo de un día para otro. Las visitas al médico que no requieren baja no se contabilizan, pero son ausencias en toda regla.
Según las mutuas, las faltas de más de un año, están en máximos al aumentar más de un 26% afectando a más de 118.000 trabajadores. Así, más de ocho millones estuvieron de baja en 2023. En diciembre de 2023 había 100.000 trabajadores con ausencias de más de 365 días y en julio de 2024 se incrementó un 26%, superando esos 118.000 empleados.