Paso al frente para reforzar urgencias

A.I.P
-

Tres de los MIR de Medicina Familiar y Comunitaria que terminan este mes su formaciónen Soria se incorporan a la plantilla de este servicio en el Hospital Universitario Santa Bárbara

Paso al frente para reforzar urgencias - Foto: E.G.M

La finalización de la formación de los doce médicos internos residentes (MIR) que se incorporaron en plena pandemia a las filas de la sanidad soriana llega este mes de septiembre con una noticia esperanzadora: ocho se quedan a trabajar en la provincia en diferentes centros de salud urbanos, rurales, en el Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Santa Bárbara y en el Área de Admisión del Complejo Hospitalario de Soria.

Colocar la chincheta en el mapa a la hora de escoger destino para completar los años de residencia es una decisión con un trasfondo personal que, a veces, viene acompañado con un vínculo del profesional con el lugar a marcar. En otras ocasiones, es solo el azar. Si la experiencia durante cuatro años ha sido gratificante, crecen las posibilidades de que la vida laboral -al menos, la más inmediata- continúe en el mismo sitio.  

Álvaro Medina Díaz (Marbella, Málaga), Cristina Valiente Prados (Leganés, Madrid) y Víctor Martín Camellín (Alcalá de Henares, Madrid) son tres de los ocho médicos que llegaron en 2020 y han optado por seguir en el Área de Salud de Soria. En concreto, en el Servicio de Urgencias del hospital, unidad en la que ya han desempeñado una labor esencial para aliviar la presión asistencial que acarrea el verano.

El doctor Medina atravesó el país desde la Costa del Sol para cursar Medicina en el País Vasco. «Estudié en Bilbao y Vitoria, preparé el MIR en casa y cuando fui a elegir plaza en el Ministerio, de todo lo que vi, Soria me llamó la atención y no sabía ni dónde estaba», recuerda.

En este tiempo de formación, ha estado durante tres años en el hospital Santa Bárbara y la última anualidad en el centro de salud de Ólvega, aunque desde el 1 de julio forma parte del Servicio de Urgencias. «Me pidieron que echara una mano y me quedé aquí. Siempre he sabido que quería Urgencias, desde que estaba en sexto de carrera, por eso soy médico. Es duro, pero es donde me siento bien», advierte.

El bagaje laboral ha sido clave en su determinación de formar parte del equipo médico de Urgencias, como lo ha sido, confiesa, conocer a su pareja, residente de último año en Medicina Interna. Admite que tienen a la familia «muy lejos» -su novia es de Jaén- y, en principio, Soria puede que sea un lugar de tránsito.

«El verano en Urgencias es una locura, pero el resto del año es bastante asumible, hay carga asistencial como en todos los hospitales del mundo. Los cimientos de un hospital son las urgencias. Como residente te puedes formar porque ves todo. Aunque si hubiera más personal, podrías aprender mejor, eso es así. Pero estoy satisfecho», argumenta.

En su opinión, lo mejor de trabajar en Soria es el reconocimiento de cada profesional. «Aquí eres el residente, no un residente. Si lo que te interesa es tocar todos los palos y tocarlos bien, no de pasada como en los hospitales grandes, este es un buen sitio para formarse», subraya.

En cuanto a la reciente aprobación, por parte del Consejo de Ministros, del Real Decreto por el que se crea la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias, para el médico ha sido una «alegría». «Los que hacemos Medicina de Familia para ser urgenciólogos no nos sentimos identificados con gran parte de la formación que se nos da y tenemos que buscarla fuera. Que se cree la especialidad es lo mejor que puede pasar», sostiene.

Por su parte, Cristina Valiente Prados se decantó por hacer la residencia en Soria, principalmente, por la cercanía con Madrid, donde también estudió la carrera, en la Universidad Alfonso X El Sabio. Además de la proximidad, una de sus «mejores» amigas de estudios es soriana y consideró que para instruirse en Medicina Familiar y Comunitaria, Soria es «un sitio muy bueno porque estamos en cada rotación». 

En su caso, su centro de salud ha sido El Burgo de Osma y se sumará a Urgencias a partir del 25 de septiembre, donde este verano ha apoyado el servicio en diferentes momentos. 

«De Urgencias me gusta el ritmo, la atención al paciente más crítico. Aunque la parte de la consulta del seguimiento de un paciente también es interesante, pero me tira más la acción de Urgencias», comenta.

La pareja de la doctora Valiente es médico -anestesista- y llegó a la provincia hace cuatro años. «Tenemos aquí nuestra vida, estamos a gusto, así que de momento nos quedamos», constata.

Para la médica, lo mejor de iniciar la trayectoria profesional en el hospital de Soria es que es «como una familia grande, todos nos conocemos y podemos pedir ayuda a cualquier compañero» en todas las especialidades y en el centro de salud. «Todo es muy accesible», apostilla.

Igualmente, Víctor Martín Camellín empezó la residencia en Soria en 2020, después de estudiar Medicina en la Universidad Complutense de Madrid. «Cuanto me tocó elegir miré destinos cercanos y opté por venir aquí. La experiencia ha estado bien, están muy pendientes», significa.

Como todos los MIR ha pasado por distintas unidades del hospital y, en este caso, su centro de salud ha sido Almazán, donde además trabaja como adjunta su mujer. Por ahora, se ha decantado por Urgencias donde terminará la residencia y enlazará con el contrato, si bien admite que no le importaría ser médico rural. «Ahora estamos estables [...] Lo mejor de aquí es la facilidad de hablar con unos y con otros, que todo el mundo te conozca», abunda.

Respecto a la creación de la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias, el doctor Martín hace hincapié en que es un «reconocimiento» a la figura del urgenciólogo.

dotación. Para el jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Santa Bárbara, Jesús Ángel Jodra Pérez, el paso adelante que han dado los tres jóvenes médicos para formar parte de la unidad es un «aire fresco». «Son súper necesarios. Ya hemos contado con ellos en julio y agosto, cuando estábamos muy escasos de personal. Que se hayan querido quedar los tres compañeros es un orgullo y otros dos más que se quedan en Primaria harán las guardias en Urgencias [...] Es de agradecer que se queden, sabiendo lo duro que es, aunque tiene su lado gratificante, porque puedes ayudar a muchas personas», resalta.

En este sentido, el responsable de la unidad pone de manifiesto que los servicios de urgencias «cada vez son más demandados» por la «inmediatez» que busca la sociedad en los diagnósticos y tratamientos.

«Este verano nos han ayudado estos médicos que terminan ahora la residencia y los de cuarto año que empezaron en junio. El servicio de Urgencias se ha salvado por los residentes, totalmente», asume. 

No obstante, el doctor Jodra reconoce que Urgencias «todavía tiene necesidades» de plantilla, ya que se trata de una especialidad «muy dinámica» que, obviamente, redunda en la estabilidad del personal. «Es un trabajo muy arduo, aunque si te gusta, te  engancha», concluye.