Es fácil pasarlo mal y preocuparse, o al menos darle muchas vueltas a la cabeza, de lo que deberíamos hacer si alguien nos hace ghosting. ¿Qué es esto? Coloquialmente se le conoce como el hecho de desaparecer de la vida de otra persona de repente. Un caso habitual es, por ejemplo, empezar a salir con alguien y que, de repente, se esfume sin dar más explicaciones o deje de llamar o de responder a los mensajes.
Pero, además, en la actualidad es bastante frecuente que, incluso nosotros mismos, lo hayamos hecho alguna vez. Porque seguro que en algún momento ha dejado de responder a un determinado mensaje de una persona por las razones que sean.
Este tipo de conductas son muy inquietantes y difíciles de manejar para quien las padece. La psicóloga y cocreadora del podcast de salud mental Bendita terapia, Silvia Llop, acaba de publicar un libro con el mismo nombre junto a la cómica y guionista Patricia Espejo en el que, entre otros temas, trata este asunto.
«El ghosting no es algo que nos esperemos y que sea agradable de recibir. Se te queda una sensación muy desagradable de por qué significo tan poco para esta persona que ni siquiera tiene la decencia de mandarme un mensaje o de decirme que no quiere verme más. Nos toca mucho la autoestima. No es sólo que nos haya rechazado, sino que no ha tenido la decencia de hacérmelo saber y sólo nos ha ignorado, y esto nos fastidia», reconoce la más reconocida en redes como Psicóloga del amor.
El ghosting se da, según prosigue, cuando empiezas a conocer a alguien y has quedado alguna vez, cuando hablas con alguien, o por ejemplo si llevas en una aplicación con conversaciones buenas varias semanas y, de repente, desaparece del mapa esa persona con la que hablabas.
«Esto pasa también en las amistades de hace montón de tiempo y que de repente ya no te contestan más, o con alguien que empiezas a formar un lazo o vinculo y de repente desaparece», agrega.
Así, insiste esta experta, que el ghosting si no lo gestionas bien nos «da directamente en la autoestima» porque nos hace sentir que no somos lo suficiente para esa persona, para que siga vinculada con nosotros y, además, no somos lo suficiente para ellos como para que nos expliquen el porqué.
«Es un doble puñal. Si un rechazo cuesta, uno doble, más, y se suma el tiempo que pasas esperando e intentas justificarlo, para después empezar ese malestar, que se convierte en ansiedad porque ves que existe en el mundo, en redes sociales y que tiene tiempo para publicar cosas, pero no para escribirte. Hay personas que son capaces de cortarlo rápido; y otras que se quedan enganchadas a ese silencio. El tiempo depende de cada uno, incluso meses esperando a un mensaje. Ese tiempo, depende de cómo lo gestiones», detalla la psicóloga.
El foco en nosotros
¿Cómo afrontarlo? Silvia Llop aconseja que debemos ante estas situaciones poner el foco en nosotros mismos para darnos cuenta de que no queremos en nuestra vida a alguien que pase de nosotros, que no nos responde: «Si te interesaba pero duele, lo entiendes, acepta, y así verás que no te renta, podrás pasar página pronto. Puede que tengas que afrontar un mini duelo en estas situaciones, incluso de un trabajo. Es ver cómo gestionas tú ese tiempo y cuánto tardas en decirle a tu cerebro que ahí no es. Si tardas mucho tiempo te puedes cargar tu autoestima».
Aquí resalta la psicóloga del amor que no todo el mundo ha hecho ghosting, aunque casi seguro se muestra convencida de que, en alguna ocasión, sí hemos podido ignorar algún mensaje o no contestar a alguien; siendo variadas las causas. «Hay personas que no tienen gestión emocional y optan por huir, porque igual no han aprendido de pequeños y no les han enseñado a decir las cosas y a ser un ser humano medio decente», considera.
Ahora bien, Llop sí hace hincapié en que si una persona nos hace ghosting no tenemos que culpabilizarnos de su actitud, y de su gestión emocional en este caso. «Hay muchas veces en las que empiezas a revisar todas las conversaciones y momentos, un nivel de obsesión tal, de culpabilizarnos y de intentar encontrar la respuesta, que sólo encontramos daño», sostiene.
Recomienda igualmente coger distancia de estas situaciones, así como darnos tiempo o espacio para sobrepasar el duelo, y luego simplemente entender que una persona que se va de esta forma no nos interesa en nuestra vida. «Si luego vuelve, que hay gente que lo hace por no cerrarse la puerta, ser conscientes de lo que pasó, y acordarnos de que no nos interesa una persona así en nuestra vida que nos lo podrá volver a hacer de repente», destaca esta psicóloga.