De los 10 mensajes de Nochebuena que ha protagonizado Felipe VI desde que se encuentra al frente de la Corona, la mayoría se han producido desde el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela, el espacio más vinculado con su actividad en la sede de la Jefatura del Estado. Y, haciendo honor a esta tradición, el rey escogió de nuevo para su discurso el mismo escenario, que volvió a adornarse con un árbol de Navidad y un nacimiento, si bien el elemento decorativo más destacado fue la fotografía de la princesa Leonor en la ovación del Congreso al jurar la Constitución en su 18 cumpleaños el 31 de octubre.
Vestido para la ocasión con un atuendo compuesto por un traje azul marino, camisa blanca con rayas finas y corbata con motivos geométricos en tonos azules, el monarca dedicó a los españoles un esperado y significativo mensaje compuesto por 1.467 palabras y con una duración de 11 minutos y 48 segundos (sin himnos).
Más allá de su alocución, en la que reivindicó la importancia de la unidad y el papel de la Constitución en unos tiempos convulsos, y que cerró, como viene siendo habitual, con una despedida en las lenguas cooficiales para desear una feliz Navidad, el simbolismo de la escenografía escogida también tuvo su parte de protagonismo.
El detalle más llamativo fue la imagen con la princesa de Asturias en el Hemiciclo recibiendo el aplauso de los reyes y de la infanta Sofía tras su acatamiento constitucional. Esta fue la única foto del decorado, en el que se incluyeron dos libros, El Museo del Prado y Obras Maestras. Colecciones Reales, además de las banderas de España y de la Unión Europea.
Ya una vez finalizado el discurso, en la galería de instantáneas posteriores a su mensaje y sobre el himno nacional, se mostraron cuatro imágenes de la familia real saludando a ciudadanos.
Una de la heredera al Trono precisamente el día de la jura de la Constitución; otra de su hermana en la final del Mundial femenino de fútbol en Australia; una tercera de doña Letizia con las familias afectadas por el incendio de Tenerife y otra de Felipe VI chocando la mano con niños en el Monasterio de Yuste (Cáceres). A ellas se unió una quinta de los reyes a su salida de la Embajada de España en el Reino Unido con motivo de la coronación de Carlos III en Londres.