Rayo y Getafe firmaron tablas (0-0) en un derbi madrileño que dominó el equipo vallecano, que tuvo más ocasiones y posesión que su rival, que con una defensa de cinco jugadores se mostró implacable atrás y acabó desesperando al conjunto dirigido por Iñigo Pérez.
El partido comenzó tras unos prolegómenos reivindicativos por parte de la afición rayista, que se congregó en masa en la Avenida de la Albufera y, portando una pancarta en la que se leía 'El estadio no se mueve. Por historia, por localización, por patrimonio. ¡No nos moverán!', mostró su rechazo a la construcción de un nuevo estadio lejos de la actual ubicación.
Bajo ese ambiente caldeado Rayo y Getafe saltaron al césped para disputar un derbi que en el principio tuvo un ritmo frenético. De hecho, en los cinco primeros minutos el equipo vallecano tuvo dos ocasiones muy claras para marcar, ambas con el mismo protagonista, Oscar Trejo, que no acertó a rematar entre los tres palos en sendos disparos desde la frontal.
El Getafe, con un planteamiento muy conservador con cinco defensas, fió todo su juego a no perder la posición y tratar de hacer acciones rápidas buscando a Jaime Mata, demasiado solo en ataque como para inquietar a la zaga rayista.
El Rayo fue claro dominador de la primera parte con un porcentaje de posesión del 74% y jugando gran parte de esos primeros cuarenta y cinco minutos con sus defensas al filo del centro del campo, lo que refleja la falta de propuesta futbolística, con el balón en los pies, de los hombres de José Bordalás.
En el arranque de la segunda parte, el Rayo dominó y gozó de ocasiones como una de Unai López, que remató un balón rechazado desde la frontal que se marchó fuera por poco ante la pasividad de David Soria.
El Getafe, en el momento que adelantó sus lineas, mejoró su juego, sobre todo a raíz de que Nemanja Maksimovic y Luis Milla empezaron a participar más con el balón en los pies moviendo a su equipo de un lado a otro.
Aún así, la iniciativa ofensiva la siguió llevando el Rayo, que en varias ocasiones metió el susto en el cuerpo a su rival, como cuando a los 61 minutos Sergio Camello remató forzado un centro al corazón del área de Iván Balliu que atrapó Soria.
En los últimos minutos el Rayo se resignó a irse con un solo punto y trató de asediar al Getafe, pero el conjunto azulón, que no perdió la compostura en ningún momento, no dio opción a su rival, que acabó botando balones sin acierto al punto de penalti en busca de la habilidad resolutiva de Radamel Falcao.