El Banco de España acaba de hacer públicos los datos de la morosidad en bancos, cajas y cooperativas de crédito y constata que va en aumento. En febrero el crecimiento fue de 144 millones y ya supone el 3,62%. En números absolutos, los créditos dudosos suponen 42.248 millones de euros. Lo que más preocupa al banco emisor es la mora en los créditos de entre 50 y 800 euros a plazos muy cortos y la falta de transparencia en los pagos aplazados en tiendas. El ratio de mora en todos los establecimientos financieros está ya en el 6,59% mientras la financiación a plazos ha subido más de un 20% el febrero pasado superando los 3.000 millones de euros.
A la luz de estos datos, parece evidente que mucho consumo se está realizando con créditos o a crédito. Los viajes, la compra de electrodomésticos y de otros bienes se realizan sin tener el dinero para ello y así se van enlazando los créditos un mes y otro. Además, el peligro es que cuando dejas de pagar uno de esos microcréditos puedes ingresar fácilmente en una lista que te puede llevar a la imposibilidad de pedir alguno más o de no poder contratar algunos servicios como el teléfono.
No es mucho mejor la situación del Estado. El endeudamiento sigue aumentando. La deuda púbica de España es la cuarta más alta de toda la Unión Europea. Sólo el pasado mes de febrero alcanzó los 20.000 millones de euros y los 1,6 billones en 2023. De hecho, no sería extraño que impusieran a nuestro país una sanción por haber cerrado el ejercicio pasado con un déficit del 3,6% del PIB. Y todo esto a pesar de que Hacienda lleva registrando récord de recaudación fiscal ya varios años. La inflación es uno de los motivos. El gasto público presiona los precios al alza y aumenta los ingresos, aunque eso sí a costa de la renta disponible de hogares y empresas. Un ejemplo de ello es la no deflactación de la tarifa del IRPF que ha supuesto el pago extra de unos 600 euros por hogar. Pero, la prueba definitiva es que ahora mismo la presión fiscal que soportamos los españoles es la más alta en 30 años.