50 años velando por rincones únicos

M. Martínez (EFE)
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La Asociación de Amigos de los Patios Cordobeses cumple medio siglo defendiendo estos espacios que miles de turistas invaden desde esta semana para celebrar su particular festival

Los tiestos y las macetas llenos de distintos tipos de flores inundan estos icónicos lugares situados en el Alcázar Viejo de la localidad - Foto: Rafa Alcalde (EFE)

Los españoles y, concretamente los andaluces, han aguardado con ilusión el inicio del festival de los Patios Cordobeses, donde hasta el 12 de mayo los turistas que se acerquen a la ciudad podrán disfrutar de un espectáculo sin igual en este evento que se celebra desde 1921. 

El boom inmobiliario de los años 70 fue el detonante para que siete personas del barrio de San Basilio constituyeran la Asociación de Amigos de los Patios Cordobeses, que este año celebra su 50 aniversario velando para que formen parte de la historia de la ciudad.

La construcción de grandes bloques de pisos puso en riesgo la supervivencia de las casas tradicionales de la zona en la que la vida se hacía alrededor de un patio y eso fue el germen de la actual asociación, «que no se perdieran los patios», según detalla su presidente, Miguel Ángel Roldán.

Muchos de los recintos han sido reformados para volver a ser habitados Muchos de los recintos han sido reformados para volver a ser habitados - Foto: Rafa Alcalde (EFE)Para preservar la pervivencia de estas casas, siete vecinos que vivían en San Basilio fundaron la organización y decidieron comprar el mayor número posible de patios, pero el boom inmobiliario hizo que solo les diera tiempo a comprar dos, adquiridos por los siete con su patrimonio y los cuales pusieron a nombre de la asociación.

Con el paso del tiempo, los vecinos del casco histórico de Córdoba y de San Basilio, donde se concentran la mayoría de ellos, se han ido concienciando de la importancia y el valor cultural de estos recintos, lo que ha provocado que «se hayan recuperado muchos que estaban perdidos» porque «las nuevas generaciones vuelven a vivir aquí».

En aquel momento «tanto la estética como el colorido» eran muy diferentes a los actuales porque entonces «había muy pocas macetas en los patios y no se cuidaban los detalles como ahora».

No perder su esencia

Desde el principio, el objetivo de la asociación ha sido velar por el mantenimiento de estos patios, lograr que «no se pierda su esencia» y organizar el Concurso de Patios, cuya primera edición se celebró en 1921 auspiciada por el Ayuntamiento y que se vio interrumpido por la guerra civil, para retomarse en la década de los 40.

El concurso tiene lugar a iniciativa de los propios vecinos aunque, según Roldán, «no tiene nada que ver cuando comenzó con la actualidad», ya que los visitantes entonces eran, sobre todo, de la propia ciudad y pocos venían de fuera para ver «estas maravillas». El trabajo de promoción y divulgación de la fiesta de los patios auspiciado por la asociación tuvo su punto de inflexión cuando estos fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2012, a partir de lo cual aumentó su conocimiento y «todo el mundo quiere venir a verlos».

Masificación de la fiesta

La multitud que se acerca desde hace años a la fiesta puede «ser contraproducente algunas veces», afirma Roldán, que reconoce que no esperaban la repercusión que ha tenido su labor.

Respecto a la posibilidad de desestacionalizar la festividad, el presidente reconoce que las visitas a los patios tienen demanda durante todo el año, hasta con las altas temperaturas de los meses de julio y agosto, época en la que además las flores no están «en su mejor momento». La sede de la asociación abre sus puertas durante todo el año excepto agosto, al igual que un grupo de propietarios de estos recintos que ofrecen una ruta de visitas de cinco patios.

Sin embargo, a las flores también hay que darles «un respiro», dado que necesitan recuperarse de las visitas y del ruido y, por ello, en ocasiones lo mejor es dejarlas que «vuelvan a su tranquilidad».

Por otra parte, Roldán también se muestra preocupado por el cambio climático y plantea que probablemente «en algún momento» haya que adelantar el concurso al mes de abril, ya que en torno a esas fechas primaverales la mayoría de las flores «ya están en su apogeo». «No creo que a este ritmo aguanten bien los próximos años», señala Roldán, que no contempla la posibilidad de que la fiesta se «muera de éxito», ya que «estas bellezas naturales va a ser complicado que mueran».

Asegura que el relevo generacional para cuidar los patios, que supuso un quebradero de cabeza durante algunas décadas, ahora no existe como tal porque «van surgiendo de las generaciones más jóvenes que vuelven a instalarse en las casas con patio», tanto del casco histórico como del ya famoso barrio de San Basilio.