El "proces" del señor Román fue un camino. Desde Astorga a Barcelona. Haciendo un pacto fiscal con sí mismo, se "exilió" en el restaurante de su creación, "El Rincón del Bierzo". ¿Su "populismo"?: dar de comer a la gente buenos botillos, oreja guisada y crema catalana. A diario llega un camión desde tierras leonesas cargado de productos de León, entre ellos el pan recién horneado que dispensa a quienes van a su establecimiento a poner las urnas vacías de sus estómagos. Y bien que se llenan sin necesidad de 155 ni nada que se le parezca.
La otra noche estuve hablando mucho rato con el señor Román mientras cenábamos en su restaurante de Sabadell. Un currante que lejos de olvidarse de su tierra uterina, tiene en ella su hacienda, parte de su familia y la esperanza de futuro. No hubo fronteras en su sueño de camarero cuando salió de León, no hay límites a su imaginación de mañana en el retorno continuo. La historia del señor Román en el corazón industrial de Barcelona es una historia de éxito. Probablemente este domingo en las urnas el "procés" culmine la historia de un fracaso. Comenzó cuando Artur Mas rompió la baraja con su propuesta de pacto fiscal y arreció cuando las calles revalidaron la semana trágica del falso referéndum. Heridas que aún están cicatrizando. Dicen las encuestas que los jóvenes que se incorporan al censo no quieren saber nada de rupturas. Dicen que los independentistas radicales son cada vez menos. Dicen que se priorizan los problemas sociales, suficientes en número, frente a los problemas inventados. Dicen que esta vez puede ser distinto.
Ya veremos.La proeza es la de tantos paisanos que llegaron desde nuestras tierras buscando un ideal que no fuera una quimera: darse una vida. Y esa noción de Cataluña forjada con trabajo y acometidas es la que reividicabamos la otra noche Román y yo mientras convenimos que la nuestra es una región que tiene pocas comparaciones. Y él se sentía orgulloso de lo conseguido. Mañana a primera hora llegará el camión diario con los productos de León a Sabadell. Ese es el milagro. Catalán y berciano.