Sumar nació con tensiones y, tras una ligera tregua para mostrar unidad durante la campaña electoral, las fricciones volvieron ayer, apenas un día después de que se celebrasen las generales. Y nuevamente fue Podemos, el socio más díscolo de la plataforma, el que cargó contra la líder de la plataforma, Yolanda Díaz, a la que reprochó una fallida estrategia que ha llevado a este bloque a que se haya dejado «700.000 votos y muchos escaños respecto al peor resultado de Unidas Podemos» -en referencia a la suma de los parlamentarios de la quincena de fuerzas concentradas-, a pesar de que se unieron a Sumar para poder gobernar «con más fuerza».
Quien abrió la veda fue la líder de la formación morada, Ione Belarra, que censuró la política de Díaz de «renunciar al feminismo», en lo que parece una clara alusión a la exclusión de Irene Montero de las listas del Congreso, e «invisibilizar» a los candidatos de su partido, algo que, a su juicio, no ha funcionado electoralmente.
Aunque Belarra se congratuló de que el bloque progresista haya conseguido «frenar» a las derechas y haya opciones de revalidar el Gobierno de coalición, sí dejó claro que ha sido gracias «a toda la movilización de la pasada década», como el 15-M o las mareas. Y también fruto de «la enorme responsabilidad y generosidad de Podemos», a pesar de que se les impuso «un acuerdo que ninguna otra fuerza política habría aceptado».
En todo caso, subrayó que España, tras las elecciones, «ganó tiempo, pero con esto no basta» y ahora toca demostrar que utilizarán este tiempo para «reforzar esa mayoría de la coalición, la mayoría plurinacional y el feminismo».
En términos similares se pronunció el exlíder de Podemos Pablo Iglesias, quien instó a Díaz a hacer autocrítica por ese mal resultado, a la par que resaltó que tanto Belarra como Montero se han sometido a «humillaciones» para impedir un Gobierno de PP y Vox.
Un balance que confronta con el de Sumar, puesto que su portavoz, Ernest Urtasun, se mostró satisfecho y aseguró que el primer test electoral de la candidatura ha sido «un éxito» al ser clave para la gobernabilidad.
Frente a la visión de Belarra, desgranó que no le gusta hacer esa comparativa con 2019, dado que Sumar es la primera vez que se presenta a las elecciones y ha obtenido 31 diputados, un balance «muy meritorio». «Creo que si no hubiéramos inventado Sumar, nuestro espacio político no estaría en los niveles que logramos el domingo, que creo que es un auténtico éxito», insistió.
En relación a la campaña, destacó que hubo un espíritu colaborativo entre todas las fuerzas integradas en la confluencia, puesto que «todos han remado en la misma dirección», destacando el trabajo «codo con codo» con la propia Belarra, con Alberto Garzón (IU) o Íñigo Errejón (Más País).
hay que empezar a negociar. Por otro lado, Urtasun emplazó al PSOE a negociar cuanto antes la estructura de un futuro Ejecutivo de coalición, donde quieren tener un peso «muy relevante», y sobre todo establecer un programa de Gobierno «ambicioso». Así, indicó que de cara a un futuro pacto programático ahondarán en cuestiones esenciales para la coalición, como solventar el alza de los precios de la cesta de la compra básica, reducir la jornada laboral o medidas ante la subida de las hipotecas.
Además, consciente de que las fuerzas independentistas catalanas (ERC y JxCat) serán determinantes para armar la mayoría necesaria que permita reeditar ese Gabinete conjunto, Sumar encargó al exdiputado de los comunes Jaume Asens que lidere las negociaciones en nombre del bloque progresista.
«Creemos que con su conocimiento de la realidad política catalana, así como su buena relación con muchos de los espacios llamados a entenderse, será más fácil llegar a un acuerdo», sostuvo, agregando que está claro que España es un país plural y que la plataforma está en «la mejor posición para encabezar las negociaciones con todos los espacios llamados a entenderse».