¿Qué ofrece su modelo como cooperativa de crédito frente al de los bancos?
Nuestro modelo tiene varios pilares pero, sobre todo, lo que intentamos fomentar es la humanización del servicio financiero, ahora que se ha perdido en muchos pequeños y medianos pueblos de nuestro país. La presencia humana sigue siendo importante en las relaciones de negocio, socializar con nuestros clientes. La persona tiene que estar en el centro. Esto no quita que practiquemos un modelo híbrido de relación analógica, humana, personal, con un modelo digital. Son complementarios, no sustitutivos.
Eurocaja Rural pronto cumplirá 60 años de existencia. ¿Siguen ustedes pegados al territorio?
Creo que es una de nuestras ventajas, el conocimiento del medio, la cercanía, y manteniendo los principios de una cooperativa de crédito, una entidad de economía social. La estrategia prudente, de largo plazo, de ser gente que nos gusta correr maratones a carreras de 100 metros, nos ha situado ante una posición de ventaja en el sistema financiero, con una entidad muy robusta, de cimientos sólidos y una gran salud económica. A pesar de los tiempos, hemos venido soportando con holgura todas las fases de las distintas crisis económicas que hemos tenido que soportar. Esta cultura empresarial fuerte, esta cultura de prudencia, de hacer las cosas bien, sin prisas pero sin pausas, nos ha permitido construir unos cimientos de una entidad muy sólida y solvente.
Entonces, ¿luchar contra la exclusión financiera está en su ADN?
Donde otras entidades cierran y no ven posibilidades, nosotros abrimos, contratamos, generamos negocio, intentamos generar esa economía circular tan necesaria en el medio rural, en la España despoblada. Estamos sirviendo de dique de contención a la exclusión financiera en el medio rural. Hay miles de personas sin atender y sin recibir un servicio adecuado, que con Eurocaja Rural lo van a recibir.
¿El medio rural estará así siempre en su punto de mira?
Evidentemente. Nacimos hace casi 60 años, fruto de la voluntad de las cooperativas agrícolas y ganaderas, en la provincia de Toledo, para constituir un medio de financiación colectivo. Hoy somos de ámbito nacional, pero no nos podemos despegar del territorio donde estamos asentados. Mantenemos las raíces tremendamente ancladas en el medio rural. Seguimos financiando a agricultores y ganaderos, y tenemos más de 500 cooperativas asociadas a la entidad, y en los territorios a los que llegamos pretendemos servir de soporte financiero al medio rural.
La entidad trabaja para todos los sectores, pero es una de las pocas que ofrece un servicio especializado, también, en el ámbito rural. ¿Nos puede concretar en qué consiste ese servicio?
Ofrece principalmente asesoramiento, formación y tramitación. Tan importante como ayudar es enseñar. En el área agraria, aparte de informar de la nueva normativa, nuevas subvenciones, está también en formar a las cooperativas, a agricultores y ganaderos, e informar en todo lo que acontece en el sector, lo que nos diferencia y nos enorgullece. Tenemos un departamento muy amplio, con perfiles desde ingenieros, abogados y asesores financieros.
¿Qué es Eurocaja Rural en Castilla y León en cifras?
No es una promesa, es una realidad palpable. Llevamos desde 1997, cuando abrimos la primera oficina en Candeleda, en Ávila. Hoy contamos con una red comercial de 36 oficinas entre sucursales y agencias, y estamos en seis capitales y, próximamente, en las tres que nos faltan. Estamos ya en Ávila, Valladolid, León, Palencia, Segovia y Burgos. Hemos superado las 450 sucursales en el ámbito nacional operando en Castilla-La Mancha, Madrid, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Región de Murcia. Esto significa un compromiso a nivel nacional y muy claro con Castilla y León. Una entidad que llega para aportar y generar economía y se nos ha recibido con los brazos abiertos allá donde vamos. Nuestra pasión será, sin prisas pero sin pausas, continuar en el tiempo. Hemos venido para quedarnos, llevamos 26 años. Y hemos decidido ampliar nuestra presencia. Nuestro modelo de banca tradicional ha sido muy bien recibido, ofrecemos a nuestros clientes cercanía, profesionalidad, compromiso social y humanidad.
¿Nos puede concretar ese plan de expansión para seguir creciendo en la Comunidad?
Nuestro plan de expansión será cubrir todas las capitales de provincia en 2024, falta Soria, Salamanca y Zamora, y seguir abriendo oficinas por toda la Comunidad durante los próximos años. No vamos a parar. La idea es estar por encima de las 50 sucursales a finales de 2024, e ir incrementado en la medida que veamos posibilidad. Nos gusta decir que somos el salmón que remonta el río y no para morir sino para generar nuevo negocio, porque donde los demás cierran vemos posibilidades de apertura, donde los demás despiden vemos posibilidad de generar empleo y trabajo en Castilla y León, en grandes ciudades y en pequeños y medianos núcleos; como la última en Cacabelos, en León, con una agencia, la quinta de la provincia, y estamos tremendamente orgullosos y así lo seguiremos haciendo.
¿Qué objetivos de crecimiento tienen en depósitos e inversión crediticia?
Todo lo que podamos. Cuando uno acaba de abrir, lo que se necesitan son los clientes. Primero captar clientes y luego ya iremos con el valor, con cifras de crecimiento de activo y pasivo. Ahora mismo nuestro objetivo es captar miles de clientes los próximos años y consolidarnos. Cuando abrimos lo hacemos para quedarnos en los sitios. En España tenemos 520.000 clientes.
En este contexto de elevados tipos e inflación, ¿están notando un aumento de la morosidad? ¿Está garantizada su solvencia?
Nuestra solvencia está fuera de toda duda. Nuestro coeficiente de recursos propios está por encima del 17 por ciento y creciendo de forma importante. La morosidad, la tenemos controlada, está en el 1,7 por ciento, un ratio que está entre los más bajos del país. A eso se añade que por nuestro ser especialmente prudente y conservador, tenemos un ratio de cobertura, sobre saldo dudoso del 130 por ciento cuando el mercado esta en una media del 66 por ciento. Tenemos mucha menos morosidad, y el doble de cobertura del sector sobre saldo dudoso. Eso deja fuera de duda nuestra solvencia y seguridad. Somos tremendamente ortodoxos en la gestión del riesgo crediticio, que es el que mata a una entidad; finalidad, viabilidad y garantías en lo que se analiza a la hora de conceder operaciones de crédito, de riesgo para la entidad. Prestamos a quienes intuimos que nos lo van a devolver, ese es el negocio bancario.