Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


El ejemplo de Francia

18/06/2024

Macron no se caracteriza por su carisma ni su energía, tampoco es muy dado a negociar y solo cede al verse asediado por manifestaciones multitudinarias. Cuando se ha encontrado con el resultado de las elecciones europeas, un mazazo por el auge de la ultraderecha, ha tirado por la calle de en medio: convocatoria de elecciones legislativas.

No perderá su puesto, tiene tres años por delante, pero si en estas próximas elecciones los votantes insisten en el voto a Le Pen, no solo se producirá una cohabitación de distintos partidos entre el Jefe de Estado y el gobierno - cohabitación de pésimas consecuencias en anteriores ocasiones- se abrirá el camino para que la líder de la ultraderecha, Marine Le Pen, pueda convertirse en presidenta de Francia cuando finalice el mandato de Macron.

La situación es muy grave, aunque no tanto como la española, con un jefe de gobierno dispuesto a lo que sea con tal de continuar en el cargo. Acepta cualquier chantaje aunque sea de extrema inmoralidad, probablemente también ilegal e inconstitucional, y se siente libre para hacer lo que quiera porque nadie en su partido se atreve a plantarle cara. Lo hace García Page sin que le apoyen otros dirigentes manchegos que temen perder sus cargos, y lo hace el aragonés Lambán, que ha perdido el gobierno víctima de la "contaminación" que transmite a Sánchez, que ha provocado la caída de candidatos socialistas con la misma velocidad que las fichas de dominó.

Mientras en España se cuentan con los dedos de una mano los socialistas en activo que se rebelan contra un personaje nocivo, en Francia el expresidente Hollande ha anunciado que se presentará a las elecciones para intentar que no avance la ultraderecha nacionalista, y el expresidente Sarkozy ha sido muy duro contra el líder de su partido, Los Republicanos, por defender una alianza con Le Pen.

Los medios de comunicación no han escatimado informaciones sobre lo que supone una Francia lepenista e incluso Mbappé ha expresado su preocupación por el incremento del voto ultraderechista.

Aquí, la reacción del gobierno ha sido la habitual: el PP es igual a Vox e igual al movimiento creado por un Alvise. Ni una reflexión rigurosa sobre el nuevo eurodiputado de ideología inclasificable, producto de las redes sociales en su peor versión, utilizadas de forma torticera para diseñarse un perfil de luchador contra la corrupción cuando tiene varias cuentas pendientes con la justicia por difundir noticias falsas y destrozar biografías de personajes que le incomodan.

Lo más fuerte que se ha oído en el gobierno para desacreditar a un Alvise con tanto curriculum de descrédito, lo ha dicho el ministro de Transporte, Óscar Puente, que le ha llamado "saco de mierda". El mismo ministro que dijo de Sánchez que es "el puto amo".

Ese es el nivel del sanchismo. Corrupción se mire hacia donde se mire, presiones a los jueces, fiscales y periodistas, cesiones a los chantajes independentistas… y absoluta pobreza intelectual para responder a un adversario peligroso.